La factura electrónica en Latinoamérica comenzó a utilizarse en la década de los 90 del siglo pasado y, con la entrada del nuevo siglo, su implementación se aceleró significativamente. El primer modelo de facturación electrónica fue liderado por Chile en 2003 con el objetivo de incrementar la competitividad y la eficiencia del mercado, mejorar el cumplimiento, los procesos de administración, cobranza y fiscalización y potenciar el control tributario. Hoy, la factura electrónica ya se ha extendido a lo largo de Centroamérica, Sudamérica y comienza a estar presente en el Caribe, situándose por delante de los países de la Unión Europea.
Según el estudio realizado por SERES, el primer país en hacer obligatoria la facturación electrónica en Latinoamérica, para determinadas actividades o por tamaño de empresa, fue Argentina en 2007, le siguieron la mayoría de los países de la zona que, paulatinamente implantaron diferentes modalidades de obligación. Como ejemplos de este éxito destacan los casos de México, Chile o Brasil que llevan años facturando electrónicamente.
Por otra parte, la factura electrónica también es obligatoria en las relaciones entre empresas y administraciones (B2G) en la Guayana Francesa, Guadalupe y Martinica, donde se aplica la misma normativa de facturación que en Francia.
En el resto de Latinoamérica, son números los países que cuentan con la obligación de uso de la factura electrónica en todas sus transacciones; lo que ha permitido mejorar la gestión tributaria y las relaciones empresariales a nivel internacional. Entre estos se destacan: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guadalupe, Guatemala, Guayana Francesa, Honduras, Martinica, México, Perú y Uruguay.
En cambio, algunos países de la región, aunque, a día de hoy, el uso de la e-factura no es obligatorio, se está trabajando en la implantación de este tipo de sistemas de facturación. Ejemplos de esta situación son Paraguay, El Salvador, República Dominicana y Venezuela.
Otros territorios como, por ejemplo: el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, todavía trabajan con una visión primitiva de la facturación electrónica, en la cual, envían la factura en formato PDF al Área de Contabilidad Central de Gobierno, además, de presentar la factura en formato físico.
Sin embargo, y a pesar de las múltiples ventajas que aporta el uso de la factura electrónica, todavía existen en Latinoamérica algunas regiones que no usan la factura electrónica en sus relaciones comerciales. Entre estos territorios se destacan: Belice, Cuba, Haití, Nicaragua, San Bartolomé y San Martín.
Colombia
El uso de la factura electrónica en Colombia tiene validez legal desde que, en 1995 la DIAN publicara la Ley 223. Sin embargo, no fue hasta 2016, cuando comenzó el proceso de masificación y obligatoriedad, a través de la publicación de la Ley 1819. Con ello, se materializaba la obligatoriedad de uso de la e-factura en Colombia y se indicaba la futura publicación del calendario de obligados.
De esta manera, se tiene previsto que, en breves, la DIAN apruebe y publique el calendario que establecerá tanto los sectores como los sujetos obligados a iniciar la implementación de la factura electrónica durante el año 2019.