Las fincas de pequeños caficultores tienen la posibilidad de aprovechar las temporadas de baja cosecha, para desarrollar actividades turísticas, con la intención de aumentar sus ingresos y contribuir al fortalecimiento cultural de sus regiones.
En línea con el fomento al turismo como una de las metas del Gobierno Nacional, Colombia Productiva ejecutó el proyecto ‘Turismo en Fincas Cafeteras’, en el que 649 pequeños caficultores en 13 municipios de Nariño, Quindío y Antioquia participaron en la elaboración de nueve planes de negocio, con las tareas que les permitirá aprovechar el potencial turístico en sus fincas en torno a la cultura cafetera, el ecoturismo y el turismo comunitario.
“Estoy seguro de que estos cafeteros que se vincularon a tan importante proyecto, promovido por Colombia Productiva, podrán mejorar sus ingresos y darle valor agregado a su capacidad productiva a través del turismo. Cuando un visitante llega a estas fincas cafeteras quiere saber sobre la expresión cultural que se promueve en ellas, lo que también fortalece la gastronomía de la región”, dijo el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo.
“Queremos que estas asociaciones de cafeteros desarrollen su modelo de negocio, enmarcado en el turismo”, dijo el funcionario, al señalar que es una manera de hacer más rentable su actividad económica, principalmente en épocas del año cuando baja la producción del grano.
Camilo Fernández de Soto, presidente de Colombia Productiva, indicó que “como parte del desarrollo de los planes de negocio, se identificaron 52 fincas cafeteras con vocación turística. Además, se hallaron 58 atractivos naturales que se suman a la oferta turística que pueden ofrecer los caficultores con experiencias como senderismo, miradores a volcanes en Nariño y conexión con reservas indígenas”.
De acuerdo con las proyecciones de los planes de negocio, con una destinación del 7% del tiempo de trabajo, cada finca podría generar hasta $218 millones adicionales por turismo al año sin afectar su actividad principal en torno al cultivo del café, movilizando ingresos para la asociación y para los distintos eslabones de la cadena de servicios turísticos, como intérpretes, alimentación, transporte y hospedajes para los visitantes.
En total, Colombia Productiva encontró, junto a nueve asociaciones cafeteras en los tres departamentos, el potencial turístico en sus regiones alrededor del cultivo del grano y desarrollaron en conjunto la hoja de ruta, con las acciones para aumentar sus ingresos, aprovechando el tiempo de baja cosecha.
Adicionalmente, dentro de los caficultores beneficiados se identificaron 185 prestadores de servicios turísticos asociados a tareas necesarias para el desarrollo de las actividades turísticas encontradas.
Esto permitió la caracterización de 41 prestadores de servicios con potencial para ofrecer alojamiento a los turistas, otros 35 prestadores con capacidades para brindar servicios de transporte, otros 53 en alimentación, mientras que 56 podrían prestar servicios de guianza o interpretación
“Este proyecto define un modelo de negocio que genere un ingreso adicional a los caficultores, aprovechando el patrimonio natural y cultural. Es importante porque involucra a asociaciones de mujeres cafeteras y resguardos indígenas. Además, identifica una nueva oferta turística en estos municipios asociada al café, como el ecoturismo; el avistamiento de aves, orquídeas y mariposas; senderismo y de conservación ambiental”, completó Fernández de Soto.
El proyecto de ‘Turismo en Fincas Cafeteras’ está diseñados para ser incluido en los planes de desarrollo municipales y departamentales
Los nueves planes de negocio formulados para implementar este proyecto están diseñados para entrar dentro de los planes de desarrollo de los 13 municipios y ser ejecutados con las nuevas administraciones territoriales.
Adicionalmente, contemplan cuatro etapas para lograr la meta de ingresos para los 649 productores vinculados: la primera consiste en la formación de los caficultores en la prestación de servicios turísticos y en herramientas TIC, así como la medición de impactos. La segunda etapa contempla la articulación con eventos y rutas turísticas y la creación de una plataforma digital que reúna el portafolio de servicios de los productores vinculados.
El tercer momento de los planes de negocio trabajará en la implementación de la infraestructura requerida, tanto en las fincas como en los hospedajes (senderos y dormitorios, entre otros), mientras que la última etapa está enfocada en el diseño de mecanismos para gestión de nuevos recursos, la búsqueda de incentivos económicos y el uso de herramientas de planificación.