Por: Michelle Sogamoso Holguin
Muchos sectores de la economía colombiana se han visto afectados por el Covid- 19 y el sector educativo es uno de ellos. Los colegios y las universidades se vieron forzados a cerrar las instalaciones y empezar a dictar clases virtuales sin tener mucho conocimiento del tema, pero tratando de buscar una solución a la situación en la que los pone esta pandemia.
Las poblaciones rurales y los estratos socioeconómicos más bajos, son los más afectados por esta coyuntura. Desde las instituciones, los docentes y los alumnos no cuentan con las herramientas tecnológicas necesarias para poder tomar clases virtuales.
Según un estudio del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, el 96% de los municipios del país no pueden implementar educación virtual porque más del 50% de los jóvenes de grado 11 no tiene acceso a computador e internet en sus hogares. En términos más globales, 67% de los estudiantes de colegios públicos está en la misma situación. En zonas rurales, tan solo el 9% de los jóvenes disponen de computador.
Esto obliga al gobierno a tomar medidas urgentes porque lo que, si es cierto, es que no sabemos cuánto dure esta etapa, por lo que es necesario adaptarse a esta nueva normalidad lo más pronto posible y poner a disposición las herramientas tecnologías necesarias para generar nuevos entornos inteligentes y avanzar en la educación colombiana.
Por otro lado, están las universidades, quienes se han visto afectadas por la deserción de estudiantes y la falta de matrículas para el próximo semestre. Pero, no hay que perder el impulso y tenemos que “ver el lado bueno de las cosas”, el coronavirus nos obligo a digitalizarnos y debemos sacar provecho de ello.
De acuerdo con Mario Fernando Hurtado Beltrán, asesor en educación y columnista comenta que “lo más seguro es que el próximo semestre las universidades decidan plantear un sistema alternativo de 60%-70% virtualidad y la presencialidad solamente para las áreas clave de práctica, medicina, odontología, algunas arquitecturas, algunos talleres de ingeniería”.
Para seguir adaptándonos a esta nueva normalidad y evitar la deserción de estudiantes, es importante que las instituciones educativas brinden educación de calidad y generen nuevos hábitos de estudio. Habiliten nuevos entornos de aprendizaje, nuevas experiencias de estudio y nuevos contenidos que permitan tener al estudiante motivado.
Las instituciones antes fueron escépticas frente a una digitalización, pero ahora se dieron cuenta la necesidad de adaptarse al cambio, reinventarse y descubrir nuevos entornos que les permite no solo ofrecer educación de calidad a un número más grande de estudiantes, sino que además es una puerta para la expansión de sus ofertas educativas a nivel nacional e internacional.