La tecnología se ha convertido en un recurso valioso para el crecimiento de las empresas, tanto así que su implementación pasó de ser de un lujo o una necesidad ante las nuevas demandas de los consumidores.
Existen diversas razones por las que es importante invertir en tecnología: mejora la productividad de las empresas, amplía el mercado, aumenta la satisfacción del cliente, permite que la empresa crezca y potencia los resultados, con un mejor entendimiento de las necesidades puntuales de los clientes.
A la par, es necesario mejorar los procesos internos con una solución digital de alto desempeño que multiplique los ingresos, optimice los presupuestos y ahorre tiempo en los procesos que pueden automatizarse.
Pese a estas ventajas, todavía muchas compañías dudan al momento de implementar herramientas tecnológicas debido a experiencias previas negativas, baja confiabilidad de los desarrollos disponibles, falencias de las adopciones y su costo elevado.
Para Camilo Nova, CEO y fundador de Axiacore, “los motivos más comunes por los que se pueden presentar fallas en este tipo de herramientas derivan de una incorrecta elección del aliado tecnológico con el que se va a trabajar”.
Unido a eso, la sobreoferta de servicios relacionados con transformación digital, el desarrollo de software, la creación de aplicaciones y muchas más posibilidades, aumentan las posibilidades de contratar un proveedor que no esté en la capacidad de responder a las necesidades del día a día de las empresas.
Otra de las fallas más comunes, es que las compañías basan sus decisiones en el precio de la herramienta. Aunque no siempre el servicio más costoso garantiza el éxito, es importante realizar un balance entre lo que se está dispuesto a invertir y la calidad del servicio que nos lleguen a ofrecer.
Para prevenir esto, es recomendable tener conocimiento previo en la creación de un negocio digital y estar permanentemente actualizado en materia de tendencias.
Finalmente, es recomendable que, al momento de elegir un aliado tecnológico, se tengan en cuenta factores como reconocimiento, años de experiencia, resultados previos, certificaciones y estados financieros.