Trust Corporate, consultora experta en temas financieros, contables y legales, identificó los riesgos que hay detrás de las propuestas de negocio que ofrecen grandes beneficios económicos, en poco tiempo de ejecución y que no requieren de mayor esfuerzo de trabajo, los cuales, pese a ser fraudes tradicionales, siguen captando a miles de personas.
Para Jamez Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate, “basta con navegar en Internet y visitar algunas redes sociales para encontrar cientos de publicaciones que ofrecen hacer dinero fácil a cambio de pagar una módica suma o de recomendar a referidos para que se suscriban a un sistema de emprendimiento. Lo increíble es que este tipo de estafas no es nuevo. Existe desde siempre y, de acuerdo con la época, cambian su discurso y método para atraer la atención, aunque en el fondo la intención es la misma: aprovecharse del desconocimiento y la necesidad de las personas”.
Para la consultora, los siguientes tres tipos de propuestas deberían servir de alerta para actuar con precaución y no ser víctima de estafas:
- Modelo piramidal. Conocido también con “Esquema Ponzi”, les ofrece a los interesados recibir una rentabilidad muy alta por la inversión que realizan y que supone ser cubierta con la llegada de nuevos beneficiarios que aporten su capital. El crecimiento de este sistema hace que, paulatinamente, se vuelva imposible cubrir el aporte de uso y el alto beneficio de unos y otros.
“El caso más emblemático en este modelo en los últimos años fue el de Bernard Madoff, inversionista bursátil y banquero estadounidense detenido en 2008 por el FBI acusado de fraude por más de 64.800 millones de dólares. Su estafa consistió en tomar capitales a cambio de grandes ganancias que, al principio, fueron efectivos, pero que años más tarde se evidenció consistían en un sistema piramidal convertido hoy en uno de los mayores desfalcos de la historia”, explica Hernández.
- Pagos anticipados. Otro sistema que todavía cobra víctimas es el también conocido en algunos países como “la carta del príncipe de Nigeria” (y sus variantes), que utiliza el envío de mensajes y correos electrónicos que describen la supuesta oportunidad de cobrar una importante suma de dinero o acceder a un préstamo en condiciones muy favorables. Para ello, los estafadores solicitan un serie de datos y documentos. Cuando en proceso avanza y la persona está muy cerca de recibir el monto ofrecido, se pide cancelar por anticipado unos gastos y comisiones requeridos para proceder al desembolso de los fondos.
Es en ese momento cuando se produce la estafa, porque jamás se recibe la cifra prometida y el delincuente desaparece con el depósito hecho por parte de la persona estafada.
- Ser millonario sin trabajar. Su estrategia en este caso es hacerles sentir a las personas que solo hace falta adquirir o usar una determinada herramienta para aprovechar una “oportunidad de oro” que promete que la persona dejará de trabajar y vivirá de unos ingresos ficticios.
“Con frases como ‘si quieres triunfar debes cambiar tu manera de pensar’ o ‘si no sueñas en grande no vas a conseguir lo necesario para crecer’, los delincuentes se aprovechan de las personas y las motivan a adquirir ofertas o servicios que luego no se materializan y que lo buscan es quedarse con el dinero de los incautos”, comenta el presidente de Trust Corporate.
El campo de acción que tienen los criminales tras estas acciones fraudulentas es muy grande. Según reporta Statista, analista de mercado global, en 2021 más del 66,6 por ciento de la población mundial tenía acceso a un teléfono inteligente y cerca de 5.000 millones de usuarios estaban conectados a Internet.
Además, los perfiles registrados en Facebook superan los 2.900 millones, mientras que en Instagram la cifra asciende a más de 1.000 millones. Twitter cuenta con 330 millones de usuarios y 500 millones de tweets publicados cada día. En tan solo un minuto se envían más de 69 millones de mensajes de texto a través de plataformas como WhatsApp, se comparten 64 millones de fotografías a través de Instagram y se envían 197.6 millones de correos electrónicos.
“Sin importar si se trata de una reunión presencial, de un mensaje en las redes sociales, una llamada telefónica o por medio de un correo electrónico, el principio máximo para aplicar ante cualquier oportunidad de negocio o inversión es que siempre se debería sospechar que parece demasiado bueno para ser verdad. La realidad es que así es y detrás existe el riesgo inminente de sufrir una estafa”, concluye Jamez Hernández.