El “Día de la concienciación sobre el ruido”, que se celebra el 26 de abril, comenzó en 1996, cuando el Centro de Audición y Comunicación (CHC) lo fundó con el fiel propósito de alertar y concienciar a la ciudadanía de los riesgos a los que se enfrenta por la exposición al ruido.
Esta iniciativa busca invitar a la gente a tomar conciencia acerca de los efectos que tiene la contaminación auditiva en la salud.
Para GAES, marca de Amplifon, la salud auditiva es un factor determinante para una buena calidad de vida, tanto en el entorno familiar como profesional. De hecho, en marzo, realizó una encuesta a 200 personas de diferentes edades y géneros para dar a conocer los mitos más comunes relacionados con el cuidado de la salud auditiva, lo que permitió evidenciar que el 70 por ciento de los encuestados cree que el entorno de su hogar o lugar de trabajo es ruidoso, mientras que el 89 por ciento considera que la contaminación acústica en la ciudad es alta.
Teniendo en cuenta lo anterior, Lorena Romero, audióloga y coordinadora de calidad y formación de GAES, explica que el sistema auditivo humano está diseñado para percibir sonidos desde las frecuencias más bajas (125 hercios) hasta las más altas (20 kilohercios) y tolera hasta ciertos niveles de sonoridad.
“El sonido del agua, del café por la mañana o el sonido del viento están por debajo de los 40 decibeles, mientras que el sonido de una conversación normal ronda los 65 decibelios que son un ejemplo de lo que es tolerable para el sistema auditivo”, dice la especialista.
Sin embargo, dependiendo de la intensidad sonora y del tiempo de exposición a la fuente de ruido, se puede hablar de afecciones a medio o largo plazo del sistema auditivo.
Si una persona está expuesta a una intensidad sonora superior a 120 decibeles, similar a estar al lado o cerca al sonido de una sirena, corre el riesgo de presentar un “trauma acústico”, cuya consecuencia sería la pérdida parcial o total de la audición.
Los individuos que trabajan ocho horas diarias expuestas a ruidos de 70 a 100 decibelios, similares al sonido de una lavadora o lavavajillas, podrían desarrollar, con el tiempo, una disminución auditiva. Esto incluye a personas que trabajan en el aeropuerto, conductores, operadores de maquinaria, construcción, militares y aviadores, para los que se recomienda el uso de tapones y revisiones auditivas cada seis meses.
Así mismo, el uso de auriculares o intercomunicadores en el ocio también puede generar situaciones que afecten los oídos. “En entornos de ocio es una responsabilidad individual, ya que cada persona es autónoma para decidir cuánto tiempo y a qué volumen quiere utilizar auriculares. Lo que se recomienda es no utilizarlos más de dos horas y a una capacidad máxima del aparato del 60 por ciento de su volumen”, enfatiza la experta.
¿Qué pasa con la salud auditiva de los niños?
Existen diferentes factores que pueden provocar la pérdida de audición en los niños, concretamente durante el periodo de gestación, el parto o durante su desarrollo.
La principal causa de pérdida de audición de los menores corresponde a las infecciones de oído u otitis. Este tipo de patología, según Romero, se produce en la primera infancia y puede ser generada por enfermedades gripales repetidas y piscinas. También está relacionada con la inmadurez anatómica del oído desde el nacimiento hasta los doce años, aproximadamente.
Asimismo, es importante que los padres estén atentos para elegir los juguetes más adecuados y evitar así lesiones en los oídos de sus hijos.
Aunque la estimulación sonora en las primeras etapas de la vida de los niños es fundamental para su desarrollo, la experta en salud auditiva recomienda que juguetes como sonajeros, cascabeles, bocinas o instrumentos musicales de percusión estén siempre supervisados por un adulto para no prolongar la exposición al ruido.
Es conveniente tener en cuenta que una deficiencia auditiva detectada a tiempo puede ser tratada y ayuda a retrasar cualquier secuela en el desarrollo normal del niño y del adulto. En la mayoría de los casos, la audición se puede habilitar o rehabilitar con la ayuda de diferentes dispositivos.
“Cada caso es particular; sin embargo, la principal recomendación es realizarse una revisión auditiva al menos una vez al año para conocer cómo se encuentra la audición y comenzar con las pautas de cuidado, salud y protección auditiva”, concluye la doctora Romero.