Rappi sigue adelante con su contribución a la construcción y el desarrollo de ciudades y espacios públicos más sostenibles. Es por eso por lo que la aplicación ha dispuesto espacios en algunas ciudades, denominados pitstops, para que los repartidores independientes puedan acceder a servicios de baño, parqueen sus bicicletas y motos, esperen por los pedidos, ubiquen sus maletas, descansen, carguen sus teléfonos, se hidraten y consuman alimentos.
Los pitstops cuentan, dependiendo de su ubicación, con una capacidad para entre 15 y 30 personas, y están disponibles de 6 de la mañana a 10 de la noche.
“Queremos que los usuarios, la sociedad, los repartidores y demás interesados conozcan estos espacios. Rappi es una empresa de servicio y como tal comprende la importancia de dar las herramientas necesarias para que precisamente los repartidores brinden el mejor servicio posible”, afirma Daniela Márquez, head de Operaciones de Rappi.
En la actualidad se han dispuesto catorce pitstops en Bogotá, Barranquilla y Medellín.
La meta de la compañía es abrir ocho pitstops más a lo largo de 2023 en tres ciudades en donde también funcione la aplicación. La inversión que se hará en estos espacios será de cerca de 150 millones de pesos.
“Con los pitstops, queremos generar espacios dedicados para nuestros repartidores. Esto se suma a otros beneficios a los que tienen acceso. como convenios para la adquisición de bicicletas, motos y planes de telefonía celular especiales. Además, cuentan con seguro contra accidentes, seguro de vida y asistencia médica, y acceso a becas educativas con aliados como Microsoft”, explica Matias Laks, gerente general de Rappi Colombia.