Cada año, debido a los cambios sociales y empresariales, se vuelve cada vez más importante que las nuevas generaciones aprendan y desarrollen habilidades duras y blandas que puedan aplicar a lo largo de su vida, para cumplir con las necesidades que exige el presente y el futuro.
Sin duda, gran parte de este conocimiento se aprende desde el hogar, y es fundamental que los padres enseñen esto desde edades muy tempranas, ya que varios estudios indican que es una de las mejores etapas para adquirir nuevos conocimientos.
Así lo confirma en parte la investigación hecha por Takeo Watanabe, profesor de ciencias cognitivas y lingüísticas de la Universidad de Brown y autor de un estudio que se publicó en la revista Current Biology, en donde destaca que los niños aprenden más rápido gracias al neurotransmisor ácido γ-aminobutírico, conocido con la abreviatura GABA, que ayuda a procesar nueva información y preparar sus cerebros para aprender y almacenar aún más información que los adultos.
Asimismo, es importante recordar lo que Unicef señala en una de sus publicaciones complementarias del “Manual de escuelas amigas de la infancia”, en donde indica que la educación social y financiera para la infancia (ESFI) tiene como objetivo inspirar a los niños a ser ciudadanos social y económicamente responsables y empoderados. Sin embargo, el gran reto es dotarlos de con los conocimientos necesarios que les permitan convertirse en agentes de cambio.
Así, la educación financiera se convierte en uno de esos temas fundamentales para que los padres puedan enseñarles a sus hijos con el fin de que aprendan a manejar su dinero de manera efectiva y saludable a lo largo de su vida.
Lo cierto es que, la educación financiera es esencial para el desarrollo y bienestar de las personas, pues la economía personal es parte fundamental de la existencia humana.
Jose Ibarra, chief product officer de tyba, la fintech que brinda acceso a inversiones de calidad y que hace parte de uno de los holdings financieros más importantes de la región, Credicorp Ltd., considera que, si bien enseñar acerca del dinero a los más pequeños puede resultar un desafío, los juegos se convierten en una herramienta valiosa para transmitir conocimientos financieros de manera clara y entretenida.
“Estos juegos permiten a padres e hijos aprender juntos conceptos básicos sobre el dinero, el ahorro, la inversión y la toma de decisiones financieras. A través de actividades lúdicas y desafiantes, se fomenta el desarrollo de habilidades financieras clave, como la gestión de recursos, la planificación, el presupuesto, el manejo del riesgo y la comprensión de los mercados y mucho más”, asegura Ibarra.
Con esta premisa, tyba hace una selección de cinco juegos que les permiten a los papás enseñarles a sus hijos acerca de temas relacionados con las finanzas personales, el ahorro, la inversión y el gasto responsable, entre otros:
- Monopoly. Este es uno de los juegos sobre dinero más populares y conocidos alrededor del mundo y con una historia tan interesante, que se remonta ya hace 100 años con una mujer conocida como Elizabeth Magie.
Si bien, el ganador es quien más propiedades y dinero haya adquirido, en el transcurso del juego se le puede enseñar a los niños sobre el valor del dinero, del ahorro, la inversión, además sobre la importancia de diversificar, de pagar deudas, e incluso, de tener un fondo de emergencias para cualquier contratiempo. En este juego también se pueden desarrollar habilidades de negociación y administración de recursos.
- El cofre del tesoro. Este no es precisamente un juego de mesa, sino más bien una actividad lúdica que deviene de las historias y películas de piratas, donde estos almacenaban y escondían sus más preciados tesoros en cofres.
Teniendo en cuenta lo anterior, y estimulando la imaginación de los más pequeños, se puede crear una dinámica donde en un periodo de tiempo se van escondiendo algunas monedas en ciertos lugares, y a través de pistas o retos, las pueden ir encontrando y guardando en un cofre hecho por ellos. Esta actividad se convierte en una oportunidad entretenida de ahorrar y pasar tiempo juntos.
- Cashflow 101. Es un juego de mesa creado por el reconocido autor del bestseller de finanzas personales “Padre rico, padre pobre” y de “El cuadrante del flujo del dinero”; libros que son recomendados para iniciarse en el mundo de las inversiones, ya que abren las puertas a la idea de la libertad financiera.
En este caso, el juego es un simulador de la vida económica útil para mejorar la inteligencia financiera, puesto que reta al jugador a tomar decisiones y a aceptar sus consecuencias, como lo podrían ser desde la compra de un pequeño departamento, la adquisición de acciones o la compra de un centro comercial.
Si bien, lo primero que se enseña es sobre el hábito del ahorro, lo más importante acá es mostrarle a los niños y jóvenes que hay otras alternativas viables para poder crecer financieramente, para no depender únicamente del ingreso de un salario.
- Lights, Camera, Budget! Este es un juego online diseñado para ayudar a los estudiantes de bachillerato a aprender, estudiar y revisar temas de educación financiera mientras practican sus habilidades presupuestarias.
Creado por GPB Education y el Georgia Council of Economic Education, financiado por el SunTrust Foundation, la idea del juego es que los estudiantes deben ser productores de películas a quienes les han dado US$100 millones para producir un film. Sin embargo, para ello deben demostrar que tienen excelentes habilidades de gestión de recursos para mantener su presupuesto bajo control.
Actualmente se puede encontrar en Google en inglés, pero su lenguaje es tan sencillo que hace que sea muy fácil de entender; además es una oportunidad perfecta para practicar este idioma.
- Impuestos por conductas negativas. Esta es una actividad que se puede jugar entre toda la familia, la clave está en identificar entre todos las conductas negativas que serán penalizadas económicamente; esto con el fin de que los hijos se sientan incluidos en la toma de decisiones del hogar. De esta manera, aquel miembro que incurra en ellas, deberá pagar un precio simbólico. El objetivo de esta dinámica es que los hijos aprendan sobre las consecuencias, pero no solo para ellos sino para todos los miembros del hogar.
En algún momento del año, el dinero recaudado será destinado a una actividad que elijan entre todos, por ejemplo, una salida al cine, a comer o a un parque de diversiones.
El chief product officer de tyba concluye que al jugar en equipo, se promueve el diálogo, el intercambio de ideas y la toma de decisiones en conjunto. En ese sentido, los juegos financieros no solo fortalecen la relación entre padres e hijos, sino que también preparan a los más jóvenes para enfrentar los desafíos financieros que encontrarán en el futuro.