Los cambios que Instagram hizo en sus términos y condiciones revolucionaron a los usuarios. Incluso, el CEO de la red social, Kevin Systrom, tuvo que salir a aclarar que ellos “no pretendían vender las fotos”.
Lo cierto es que la polémica instalada es distinta de sitio a sitio. Cada uno tiene sus modos y licencias. Inicialmente, lo importante es que un usuario debe aceptar las reglas del sitio antes de cargar contenido en él. Y por otra parte, si el sitio modifica las condiciones, debe decirle que cierre su cuenta si no está de acuerdo.
En el caso de YouTube, el usuario conserva todos sus derechos de propiedad sobre los videos que suba, pero cuando utiliza el sitio, le otorga una licencia limitada para YouTube y otros usuarios. Esa licencia mundial, no exclusiva, libre de regalías, transferible (con derecho a sublicenciar), y es la misma que utiliza Twitter y les permite compartir material entre otra cosas.
En el caso de Facebook es diferente, porque otorga la oportunidad de controlar cómo compartir, al ajustar las preferencias de privacidad. Además sus terminos y condiciones aclaran: “Nosotros no le daremos su contenido o información a los anunciantes sin su consentimiento”.
El foco está puesto en internet y sus usuarios. La releción entre sitios y personas tiene una mirada diferente que requiere mayor atención al momento de participar de las innovaciones tecnológicas.
Información vía: america.infobae.com