Fuente: DonWeb [1]
Según un estudio de KPMG Internacional, en los últimos años, se ha producido una gran reducción de costos e innovación en el tratamiento de pacientes utilizando la tecnología digital.
Casi todos los usuarios son capaces de emprender el regreso a casa si, a pocas cuadras, se cercionan que se han olvidado el teléfono móvil. Aquel diminuto dispositivo se ha convertido en un compañero imprescindible a la hora de salir a la calle, tan así que muchos se sienten incompletos sin su compañía.
Pero más allá de las comunicaciones y la navegación en internet ofrecida por estos aparatos que relajadamente reposan en los bolsillos, pueden convertirse en un completo médico personal con la posibilidad de monitorear a su usuario de manera constante para luego informar resultados y tomar decisiones al respecto.
Un ejemplo de la utilización del celular para dichas actividades es para realizar un seguimiento del tratamiento de enfermedades crónicas; la tecnología podría hacer una gran diferencia permitiendo ofrecer servicios y una atención y seguimiento más personalizado de los pacientes.
El celular aliado
En la actualidad, existen más de 43 mil aplicaciones médicas disponibles para descargar desde los mercados online de las diferentes plataformas móviles. Algunas de las más utilizadas son Instant Heart Rate que utiliza la cámara del teléfono inteligente para detectar el pulso de la punta de los dedos y proporcionar una lectura inmediata del ritmo cardíaco; Glucose Buddy que lleva un completo control de estadísticas de los niveles de glucosa del paciente y Stress Check Pro permite medir el nivel de stress a través de un control cardíaco y tensión arterial.
Otro aliado a la hora de realizar chequeos de rutina es la utilización de relojes inteligentes. Uno muy especial es eHealth, un smartwatch que sirve para medir el nivel de azúcar en sangre. El funcionamiento del mismo es bastante sofisticado: Lo que hace es calentar la piel de un modo muy leve, casi imperceptible, hasta que abre los poros del usuario/paciente.
Entonces, deja caer una gota en los poros que posteriormente recupera y es la que ofrece los datos buscados.
Para los relojes inteligentes convencionales, también hay algunas soluciones de software que pueden ser de utilidad. Algunas de estas apps vienen incluidas y permiten tomar el control del ritmo cardiaco, controlar la cantidad de calorías quemadas en el día, etc.
Futuro prometedor
En los Estados Unidos un 80% de los centros de salud utilizan registros electrónicos para gestionar la información, aunque solo entre el 10% y el 15% alcanzaron el nivel más alto de madurez digital, según la escala elaborada por KPMG. En lo que respecta a servicios de cloud computing cerca de un 15% de los hospitales ya utilizaban la nube para almacenar sus imágenes desde 2013, y se espera que para el final de 2016 ese número aumente a más del 50%.
El estudio señala que en pocos años alrededor de 500 millones de personas de todo el mundo utilizarán alguna aplicación relacionada con la salud. Asimismo, un 21% de los adultos en Estados Unidos afirmó que usa tecnología digital para rastrear sus datos de salud y el 26% de los hospitales están presentes en las redes sociales.
En Reino Unido, todos los días ingresan un millón de imágenes a la base de datos del servicio nacional de salud. Pero también a medida que crece la informatización del sistema aumentan los riesgos de ataques cibernéticos. Por ejemplo, según una encuesta realizada por el Instituto Ponemon un 40% de las organizaciones de salud reportó ataques en 2013.
La salud informatizada
La tecnología informática está produciendo una revolución en la medicina tanto sea en los profesionales de la salud como en los prestadores y los mismos pacientes. Al respecto Mariano Sánchez, Socio de KPMG Argentina a cargo de la práctica de Advisory y responsable de la industria de Infraestructura, Gobierno y Salud, afirma que “Es un cambio profundo que también abarca la gestión de la salud pública desde el Estado.
La medicina del futuro ya está funcionando en los países desarrollados con sistemas informáticos donde todos los datos están on line, funcionan sistemas de alarmas automáticos en los celulares recordando la aplicación de una medicina o la realización de un estudio, o porque alguien tiene una alteración en su ritmo cardíaco.
En esta red informática global, una persona tiene a disposición toda su historia clínica en cualquier parte del mundo donde se encuentre. En Argentina estamos todavía en una etapa primaria de esta revolución pero tarde o temprano será impuesta porque es parte de la globalización, por la rápida velocidad de adopción de nuevas tecnologías que la gente ha demostrado tener y, sobre todo, por los beneficios que trae al paciente”.