La paz, la equidad, y la educación, requieren de una industria de hidrocarburos pujante.
Es urgente superar los cuellos de botella que enfrenta la industria para poder operar.
Es prioridad el desarrollo de la infraestructura para el transporte de hidrocarburos.
Se requiere fortalecer las acciones contra toda manifestación de ilegalidad.
El auge del petróleo y el gas no se ha acabado, pero es necesario ir a buscarlo y producirlo. La industria del petróleo y gas está dispuesta a invertir para lograrlo y convertirlo en desarrollo económico y social para el país”, manifestó el nuevo Presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, Francisco José Lloreda Mera.
Entre los desafíos de la industria y a los que contribuirá la Asociación Colombiana del Petróleo, están:
1) Incrementar las reservas
2) Detener la caída en la producción de petróleo y promover su incremento
3) Mejorar la infraestructura y seguridad en el transporte de hidrocarburos
4) Combatir las manifestaciones de ilegalidad como el contrabando de combustible y la falsificación de aceites lubricantes.
Para lo anterior, es indispensable y urgente superar los ‘cuellos de botella’ y las talanqueras que le impiden a la industria operar y al país posicionarse como un lugar cada vez más atractivo para la inversión extranjera, con reglas del juego claras, estables y competitivas, y trabajar con las entidades nacionales y territoriales en el desarrollo integral de las regiones.
Incrementar reservas y detener la caída en la producción de crudo, el gran reto del país.
El nivel actual de reservas no garantiza la autosuficiencia energética del país, la cual se podría perder en tan solo seis años. “Eso sería gravísimo, pero pareciera que muchos no han entendido o no quieren entender lo que significaría volver a importar petróleo, los recursos del presupuesto que demandaría y cómo se traduciría en mayores impuestos o endeudamiento”,así lo señaló el Presidente de la ACP.
Para alcanzar la senda de producción petrolera que soporte las metas fiscales del MFMP 2014 se requiere de un importante esfuerzo exploratorio de alrededor de 230 pozos exploratorios anuales en los próximos cinco años, y propiciar las condiciones para que la inversión en campos existentes pueda aumentar su producción. Un reto gigante en materia de oferta de áreas exploratorias y de condiciones de inversión para garantizar la viabilidad de las operaciones en el país.
Para mantener el nivel de producción requerido y aumentar las reservas, es fundamental superar los obstáculos que afectan el ritmo de crecimiento de producción del sector, como son los ataques a la infraestructura petrolera, las demoras e incertidumbres en el licenciamiento ambiental, las consultas previas y los conflictos sociales, que no están permitiendo a las empresas operar adecuadamente para ejecutar sus inversiones y explorar o producir.
Para el Presidente Ejecutivo de la ACP “esta industria que aporta el 70% de sus ingresos a Colombia (Government take), no soporta más dificultades. Mucha gente cree que la industria todo lo aguanta, que tiene recursos ilimitados, que debe reemplazar obligaciones del Estado. Pero no es así.”
El país también necesita contar con una infraestructura de transporte moderna, pues la actual, siendo importante, está diseñada para movilizar niveles inferiores a los que actualmente requiere la industria. Igual de relevante es que ese transporte sea seguro y confiable. “Es incomprensible que en ocasiones el país no logre sacar el crudo de los campos de producción por atentados terroristas, la interceptación criminal de los carrotanques o por bloqueos ilegales a la industria”, enfatizó Lloreda Mera.
La paz, la equidad y la educación, los tres pilares de este Gobierno, requieren de una industria de hidrocarburos pujante. No solo por los importantes recursos que la industria le aporta al Gobierno Central en impuestos y derechos contractuales, sino también por las regalías, los dividendos y el desarrollo que la industria le proporciona a las regiones en las cuales opera. Se estiman para 2014 recursos por 24 billones de pesos para el Gobierno Central en impuestos y derechos económicos contractuales (equivalentes al 21% de los ingresos corrientes de la Nación) y en regalías para las regiones por ocho billones de pesos.
“Con o sin acuerdo con las FARC y el ELN el país va a requerir inversiones importantes, en especial en las zonas rurales, donde está la población con mayores necesidades y donde suele operar la industria petrolera. Para financiar una buena parte del desarrollo lo lógico es seguirle apostando al crecimiento de la industria de hidrocarburos”, aseguró Francisco Lloreda.
No se entiende que las FARC y el ELN ataquen la industria que más recursos le proporciona al país
La ACP rechaza los atentados terroristas perpetrados por las FARC y el ELN contra la infraestructura de la industria petrolera y contra el medio ambiente a través del derrame de crudo, lo que ha afectado los servicios públicos en comunidades rurales y ha perjudicado el bienestar de los colombianos que habitan en esas regiones.
Esos actos de terrorismo, en especial en Putumayo, Arauca y Catatumbo, han afectado las metas de producción del Gobierno y la operación de las empresas. Más de cinco millones de barriles han sido diferidos con un costo superior a un billón de pesos. La industria reconoce el compromiso de las Fuerzas Militares y la Policía y confía en que sus acciones lograrán revertir muy pronto esta situación.
“No se entiende que las FARC y el ELN ataquen la industria que más recursos le proporciona al país y que más contribuye al desarrollo económinco y social de los más pobres” puntualizó el presidente de la ACP.