A medida que el calentamiento global avanza, las crecientes huellas de carbono de TI están impulsando al cómputo energéticamente eficiente a la cima de las listas de prioridades de muchas organizaciones. La eficiencia energética es una razón clave por la que las organizaciones están migrando cargas de trabajo de entornos locales que consumen mucha energía a plataformas en la nube más eficientes.
Pero, si bien trasladar cargas de trabajo a cloud reduce las emisiones generales de carbono, la creciente adopción de innovaciones como la IA generativa, basada en grandes modelos de lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés) no hará más que aumentar la demanda de cómputo en la Nube.
Esta adopción tendrá un mayor impacto en las emisiones de carbono. Una investigación de 2020 sugiere que la formación de un solo LLM genera alrededor de 300.000 kilogramos de emisiones de dióxido de carbono, lo que equivale a 125 vuelos de ida y vuelta de Nueva York a Londres.
¿Esto significa que la respuesta es frenar el crecimiento de la IA o la tecnología cloud en general?
Como muchas compañías de tecnología, Dynatrace está experimentando una mayor demanda de su plataforma Dynatrace basada en SaaS, que alojamos en una infraestructura de nube. A medida que incorpora más clientes, la plataforma requiere de más infraestructura, lo que genera mayores emisiones de carbono.
Al mismo tiempo, muchos clientes existentes están migrando de Dynatrace Managed, su solución local, a oferta SaaS, lo que incrementa la huella de carbono de la computación en la Nube de Dynatrace a medida que incorpora más cargas de trabajo de seguridad y observabilidad.
Sin embargo, dado que trasladar las cargas de trabajo locales a la Nube puede reducir la huella de carbono general en un 80 por ciento o más, el resultado es una reducción neta de las emisiones de carbono.
Muchos proveedores de servicios de cloud ofrecen herramientas que miden la huella de carbono de un suscriptor cuando utiliza su servicio, pero no miden la huella de carbono de las numerosas aplicaciones y recursos de infraestructura que se ejecutan en los entornos multinube. Tampoco pueden evaluar la huella de carbono de TI de las aplicaciones e infraestructura locales del suscriptor.
Por eso, Dynatrace creó la aplicación Carbon Impact, que evalúa las emisiones de carbono y el consumo de energía de todos los hosts monitoreados. También, les proporciona a las organizaciones orientación práctica acerca de cómo reducir su huella de carbono general de TI.
Desarrollada con el uso de la guía de la Alianza de Infraestructura Digital Sustentable (SDIA), y ampliando las fórmulas del proyecto de código abierto de huella de carbono de cloud, la aplicación mide y reporta la huella de carbono de TI de todos los hosts monitoreados por Dynatrace en el entorno híbrido y multinube de una organización en un interfaz única.
Carbon Impact permite evaluar la huella de carbono de referencia con una precisión y granularidad que es casi imposible de obtener de otras fuentes. Los algoritmos avanzados de la aplicación y el análisis de datos en tiempo real traducen las métricas de utilización en su equivalente de CO2 (CO2e). Estas métricas incluyen CPU, memoria, disco y E/S de red.
Dicho análisis proporciona una visión holística de las emisiones de carbono del entorno multinube e identifica las principales fuentes de emisiones. Como resultado, esta medición de referencia se ha convertido en un componente importante de la estrategia de sustentabilidad de Dynatrace y aumenta la conciencia de las partes interesadas del negocio y de TI a medida que emplea tales conocimientos para crear planes de acción en busca de reducir las emisiones y realizar un seguimiento de los resultados de esos esfuerzos.