Colombia ha demostrado un notable interés en promover el desarrollo de sistemas de generación de energía renovable no convencional como una alternativa confiable y sostenible que ayuda a diversificar la matriz del país.
Sin embargo, es importante hacer frente a un contexto de crisis considerando que actualmente el país aún tiene una gran dependencia de un 70 por ciento de los recursos hídricos y el nivel de los embalses baja.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) declaró que el fenómeno de ‘El Niño’ se empezó a registrar en el país el pasado 3 de noviembre, con una disminución significativa en los niveles de agua en los embalses, lo que afecta la generación hidroeléctrica.
“Aquí es vital la combinación de los sistemas de almacenamiento, una alternativa fundamental para acumular energía durante los períodos en los que la generación no convencional es más alta y luego utilizarla en las horas pico de consumo, cuando la demanda de energía es mayor”, afirma Ángela Calle, directora de cuentas estratégicas Clúster NAC para Schneider Electric.
Es importante destacar que las alternativas y las soluciones de almacenamiento de energía han presentado avances significativos en los últimos años. Por ejemplo, se ha dejado atrás el uso exclusivo de las tradicionales baterías de plomo ácido para adoptar modelos más amigables con el medio ambiente, dado el impacto del cambio climático, sistemas que se destacan por su durabilidad, menor costo y características que reducen su impacto ambiental.
¿Qué soluciones se vuelven indispensables para enfrentar la sequía?
El proceso de gestión del agua está estrechamente vinculado a la energía, necesaria para extraer aguas subterráneas y bombearse a través de tuberías, así como para tratar tanto las aguas subterráneas como las residuales. En este contexto, los sistemas de almacenamiento de microrredes son el complemento perfecto en sistemas híbridos y off-grid.
La demanda de energía del país continúa en crecimiento, especialmente en perímetros urbanos o en los sistemas rurales, caracterizados por ser zonas de difícil acceso, que no permiten que las redes crezcan.
Los licenciamientos ambientales de las redes de transmisión nacional o regional se vuelven mucho más engorrosas porque requieren filtros o se interponen restricciones para poder llegar a estas comunidades.
Además, son áreas en las que se producen frecuentes cortes de energía y estos sistemas mejoran la calidad del servicio al responder a las necesidades de picos de potencia y eliminar las interrupciones en el suministro eléctrico.
“Frente a un panorama en donde por esta temporada se experimenta una baja en el país en los volúmenes de almacenamiento de agua y en donde el licenciamiento ambiental es cada vez más riguroso, el foco desde Schneider Electric está en el desarrollo de microrredes para usuarios finales y soluciones industriales para las grandes generadoras”, asegura Ángela Calle.
Otro elemento muy importante que se debe tener en cuenta, son los mecanismos de servicios complementarios, que facilitan hacer un control de frecuencia primaria. En los generadores térmicos son el mejor complemento, ya que reducen el consumo de combustible y se convierten en la reserva rodante. Son factores que garantizan la flexibilidad y operatividad del sistema energético.
Estas iniciativas se consideran las mejores alternativas para enfrentar este tipo de problemáticas, ya que no agravaría más los costos del servicio y, a su vez, responden a acuerdos internacionales como los de la Agenda 2030 para que las empresas puedan alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).