SONDA, empresa enfocada en la transformación digital de la región, analiza desde su vertical de retail y comercio de qué manera las empresas pueden actuar estratégicamente para mitigar la inflación de precios que se vive actualmente en Colombia.
Cabe recordar que el mundo llega a este escenario de tasas de inflación significativamente por encima de las expectativas de, prácticamente, todos los bancos centrales como parte de los efectos adyacentes de la pandemia de la COVID-19.
En Colombia, de acuerdo con el DANE, la inflación se situó en mayo en 9,07 por ciento después de haber estado en abril en 9,23 por ciento, registrando un incremento histórico. Por su parte, la tasa de interés se sitúa en 6,00 por ciento, de acuerdo con la decisión del 2 de mayo, cuando se acordó subir la tasa para junio 30.
Con respecto a la región, Argentina lidera el panorama con 49 por ciento. Le siguen Brasil (12,75 por ciento), Uruguay (9,25 por ciento), Chile (8,25 por ciento), México (7,00 por ciento), Paraguay (6,5 por ciento) y Perú (4,5 por ciento). Además, los bancos centrales de Latinoamérica prevén, en su mayoría, incrementos para junio.
Paulo Camacho, gerente de servicios de la división Retail & Comercio para la Región Andina en SONDA, advierte que la inflación no regresará a niveles prepandemia (en los que las tasas se situaban entre 3 y 4 por ciento) en, al menos, los próximos dos años. Además, asegura que es un momento en el que las empresas privadas deben tomar medidas estructurales que permitan mantener los niveles de crecimiento en el mediano plazo.
La industria realizó adaptaciones rápidas durante el periodo 2020 – 2021 con el fin de enfrentar la crisis de la COVID-19, incluyendo implementación de nuevos canales de atención, ajuste en el portafolio y trabajo en casa para colaboradores no requeridos en planta, entre otros, con las que se pudo mantener a flote y, en muchos casos, salir fortalecida.
No obstante, muchas de las acciones implementadas no fueron realmente eficientes, de tal suerte que hoy se vuelven una fuente de oportunidad para mejorar, dado que los consumidores y colaboradores han incorporado nuevos hábitos a su vida y desean seguir gozando de los beneficios de estas alternativas surgidas “gracias” a la emergencia sanitaria.
Capturar dichas eficiencias es una de las maneras como la industria podría trasladar beneficios al consumidor y mitigar el impacto que está generando el incremento de precios.
Así mismo, se avecina una ola de desglobalización de las fuentes de abasto debido a que el mundo se dio cuenta del riesgo que implica tener orígenes de producción en países asiáticos para abastecer al continente americano.
Los retail tienen, entonces, la posibilidad de generar una ventaja competitiva y aliviar a los consumidores a través del desarrollo de productos importados local o regionalmente. Para esto es relevante el conocimiento del cliente, la capacidad de hacer eficiente su surtido por canal y una correcta estrategia de desarrollo de proveedores.
“Con estos nuevos retos, las empresas de venta al por menor tienen la posibilidad de seguir apalancándose en la tercerización de procesos y concentrar sus recursos en su core. Todavía aún vemos muchas compañías que siguen con estructuras pesadas e ineficientes dando soporte a su infraestructura tecnológica o desarrollando soluciones costo eficientes que el mercado ya ofrece”, afirmó el ejecutivo de SONDA.