El papel de las empresas en la sociedad está cambiando drásticamente. Anteriormente, los colectivos sociales y los gobiernos cuestionaban a las empresas por los aportes al medio ambiente que realizaban en el desarrollo de sus operaciones.
Sin embargo, desde hace unos años, la sociedad también volcó su mirada al aporte social que las empresas hacen sobre sus clientes y las comunidades que influencian.
Es por eso por lo que directivos de empresas alrededor del mundo se muestran cada vez más preocupados por el impacto que sus empresas tienen sobre el ámbito social.
Ante esta preocupación activa en el mundo empresarial, la consultora Bain & Company realizó una encuesta a 300 directores generales, la cual reveló que el 85 por ciento de los líderes empresariales considera que las cuestiones sociales son preocupaciones que deben ser atendidas de manera urgente por sus organizaciones.
Así mismo, cuando se les preguntó cuál era el papel principal de su compañía, el 60 por ciento respondió que crear “resultados positivos para la sociedad” o “equilibrar las necesidades de todas las partes interesadas”.
Para Catalina Fajardo, socia de Bain & Company, “las empresas que lideran las cuestiones sociales, como la implementación de políticas de DEI y las prácticas socialmente responsables en la cadena de suministro, no ven estos esfuerzos únicamente como una mitigación de riesgos. De hecho, es todo lo contrario: los líderes en este ámbito han encontrado formas de vincular directamente sus esfuerzos sociales a la lógica comercial de sus empresas, abriendo nuevas oportunidades de creación de valor al servir mejor a todas sus partes interesadas”.
Los principales interesados sobre los aportes sociales que realizan las empresas son los clientes. Estos han dejado claro que su poder sobre el mercado es verdaderamente importante y lo han hecho saber con sus decisiones a la hora de escoger marcas y productos. De este modo han mostrado estar comprometidos con aquellas empresas que destinan parte de sus ventas a financiar causas sociales, pero que además apoyan la lucha contra el racismo y la protección de los derechos humanos.
Con lo anterior, la encuesta destacó que, a nivel regional, el 82 por ciento de los consumidores de Europa, Oriente Medio y África es más propenso a recomendar una marca después de saber que apoya una causa social, mientras que el 86 por ciento de los consumidores de América Latina dice que es muy importante que las empresas contribuyan a construir una mejor sociedad.
Por otro lado, en Estados Unidos, un tercio de los consumidores de la Generación Z afirma está abierto a boicotear una marca que realice malas prácticas laborales con sus colaboradores.
El desarrollo de este componente social por parte de las empresas trae consigo beneficios como un mayor crecimiento de los ingresos respecto a empresas que aún no han implementado estrategias sociales dentro de sus operaciones. También, los directivos encuestados perciben que sus empresas obtienen mejores resultados en la captación de clientes y talento, así como en la obtención de capital por parte de inversionistas.
Sin embargo, aún es necesario encontrar cómo transformar exactamente la acción sobre estas cuestiones en resultados empresariales económicamente sostenibles para las empresas. Para eso, los esfuerzos de las empresas se deben centrar en atender a las comunidades locales próximas a sus áreas de operaciones, así como a los clientes, empleados y proveedores, identificando acciones que aborden los problemas sociales de estos grupos y ofrezcan resultados para la empresa.
Al respecto, el informe de Bain & Company brinda consejos a los directivos para implementar de forma adecuada las estrategias sociales del componente ASG:
- Mejorar las condiciones sociales y económicas de las comunidades locales: las comunidades en las que operan las empresas son actores cada vez más importantes. Algunas empresas miran a estos grupos de interés a través de un lente social y descubren cómo mejorar materialmente las condiciones en sus comunidades de manera que impulsen el rendimiento empresarial.
- Identificar nuevas fuentes de valor para el cliente: aplicar una perspectiva social a los clientes y los mercados puede revelar oportunidades de crear valor para segmentos de clientes totalmente nuevos, incluso en mercados desatendidos.
- Invertir en la mano de obra actual y futura: dados los retos a los que se enfrentan actualmente las empresas para atraer y retener el talento adecuado, pueden pasar de ser “captadoras de talento” a “creadoras de talento” invirtiendo en el aprendizaje y el desarrollo de los empleados.
- Mejorar la resistencia de la cadena de suministro estableciendo relaciones socialmente responsables con los proveedores: al examinar sus cadenas de suministro desde una perspectiva social, las empresas pueden trabajar eficazmente con sus proveedores para garantizar prácticas justas y equitativas, al tiempo que aumentan la resiliencia de sus cadenas de suministro de extremo a extremo.
Finalmente, la relación entre “hacerlo bien” y “hacer el bien” ha impulsado a las empresas a adoptar estrategias sociales, encontrando en ellas oportunidades de creación de valor y fomentando el apoyo de los clientes y la captación de talento.
Al enfocarse en mejorar las condiciones sociales y económicas de las comunidades locales, identificar nuevas fuentes de valor para los clientes, invertir en su fuerza laboral y establecer relaciones socialmente responsables con proveedores, las empresas pueden trascender como agentes del cambio positivo, generando un impacto duradero y construyendo una sociedad más justa y sostenible acoplada a las estrategias ambientales, sociales y gubernamentales (ASG).