El mundo enfrenta desafíos energéticos significativos. Con el aumento constante de la demanda de energía y disminución acelerada de los recursos naturales, es vital tomar medidas para conservar la energía y utilizarla de manera más eficiente.
En el ‘Día mundial del ahorro energético’ se nos insta a tomar conciencia acerca de cómo el ahorro de este recurso puede llevar a prácticas más inteligentes, como el uso de fuentes de energía renovables y la implementación de estrategias de eficiencia energética en cada industria.
En el complejo rompecabezas del suministro energético mundial, es fundamental entender la ecuación de la oferta y la demanda antes de abordar cualquier conversación sobre eficiencia energética.
El lado de la oferta está definido por una diversidad de fuentes de energía, incluyendo combustibles fósiles, energías renovables y nucleares, mientras que el lado de la demanda representa el consumo de estas fuentes.
En el sistema energético actual, solo un tercio de la energía producida llega a los usuarios finales. Los dos tercios restantes se pierden o desperdician en el proceso.
La pregunta imperante es: ¿Se puede ser más eficiente en el consumo de energía? La respuesta es un contundente sí.
A medida que el mundo enfrenta presiones cada vez mayores del cambio climático y las crisis energéticas, es crucial reconocer que tanto el lado de la oferta como el de la demanda son igualmente fundamentales para lograr el camino hacia la energía neta cero.
Lo anterior obliga a un reinicio completo del sistema energético, enfocándose tanto en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles como en la optimización del consumo energético.
Hasta ahora, gran parte de la atención se ha centrado en la búsqueda de fuentes alternativas de energía y en la electrificación, pero no se debe subestimar el papel fundamental de la eficiencia energética. A menudo se pasa por alto debido a su naturaleza abstracta y su dificultad para visualizar, medir, agregar, incentivar o legislar.
Sin embargo, la eficiencia energética proporciona una propuesta atractiva para abordar la energía perdida o desperdiciada, garantizando así una mayor seguridad en nuestro sistema energético actual.
En este contexto, es clave liderar una revolución energética. En un mundo cada vez más interconectado, la tecnología se ha convertido en el catalizador para transformar la forma en que generamos, consumimos y gestionamos nuestra energía. Uno de los avances más significativos en este ámbito es la llegada de la electricidad 4.0, una revolución digital que está dando forma al futuro de nuestra infraestructura energética.
La electricidad 4.0 es lo que se conoce como la convergencia de lo eléctrico y lo digital, y representa una nueva era en la que la electricidad se convierte en el motor principal de la descarbonización y la eficiencia energética. Esto incluye el uso de máquinas inteligentes impulsadas por el Internet de las cosas industrial (IIoT), redes informáticas en la Nube, Inteligencia Artificial y análisis de datos.
Dichas tecnologías trabajan en conjunto para crear sistemas eléctricos más inteligentes, eficientes y controlados.
Schneider Electric es una de las compañías que está liderando la transformación del futuro energético al digitalizar el sector eléctrico para optimizar el consumo de energía en tiempo real y garantizar un mercado eléctrico ciberseguro, seguro y sostenible.
Mediante la implementación de la electricidad 4.0 en sus productos y servicios, la compañía busca no solo obtener energía más inteligente, sino también más sostenible y resiliente. Esta revolución digital mejora significativamente la vida cotidiana de los usuarios al tiempo que reduce la huella de carbono.
Desde hogares familiares hasta complejas infraestructuras industriales, la electricidad 4.0 se adapta a diversas escalas y contextos.
“A largo plazo, creemos fielmente que la electricidad 4.0 ofrece posibilidades disruptivas para liberar el potencial de eficiencia, resistencia y sostenibilidad. Más que una visión, la Electricidad 4.0 es una llamada a la acción para transformar nuestro futuro energético”, afirma Javier Ortiz, presidente de Schneider Electric para Colombia, Ecuador y Venezuela.
Es crucial entender que la electricidad 4.0 no es una nueva fuente de energía en sí misma. En cambio, representa la evolución de la industria eléctrica a través de la integración de tecnologías digitales como el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos.
A diferencia de las fuentes tradicionales como el petróleo o el gas natural, que se basan en procesos físicos o químicos para generar energía, la electricidad 4.0 está estrechamente vinculada a las energías renovables e impulsa la electrificación y herramientas de eficiencia digital que están reduciendo la huella de carbono en edificios de nueva construcción, rehabilitación de edificaciones existentes y en comunidades urbanas.
La digitalización de la electricidad se presenta como el camino más prometedor hacia un futuro con consumo energético cero. Además, ofrece resultados medibles y sostenibles utilizando tecnologías que ya están disponibles y son aplicables en la actualidad.
Por último, la electricidad 4.0 no es solo una visión del futuro; es una realidad tangible que está transformando nuestro mundo energético ahora mismo. Al abrazar esta revolución digital se está allanando el camino hacia un futuro más sostenible, eficiente y limpio para todos.