Como consecuencia del crecimiento de los pagos digitales, nuevos productos financieros como las tarjetas de crédito virtuales se encuentran en pleno auge en Latinoamérica. Según Boston Consulting Group, estos medios bancarios experimentarán un crecimiento anual del 8,3 por ciento en los próximos cinco años.
Las tarjetas virtuales, al igual que las físicas, incluyen nombre del usuario, número, fecha de caducidad y código de seguridad, pero no requieren de un documento “real” que las respalde. Este producto digital, disponible para usuarios naturales y empresas, se ha convertido en un recurso que facilita la gestión y el seguimiento de los pagos en las empresas porque permite suplir diferentes necesidades.
De acuerdo con Tribal, compañía que ofrece una solución financiera integrada para las empresas de la región, sus clientes en Latinoamérica manejan en promedio, actualmente, 9,4 tarjetas virtuales; además, existen casos particulares de empresas que han superado las 400 tarjetas virtuales.
“Las empresas que están en fase inicial o de desarrollo tienen problemas para adquirir tarjetas de crédito con la banca tradicional. Sin embargo, es posible que no cumplan con los requisitos o que el proceso de aprobación tome mucho tiempo”, comenta Ricardo Pedraza, director de ventas para Latinoamérica de Tribal.
El ejecutivo agrega: “Esa clase de empresas necesita productos financieros a la medida y eso lo conseguimos mediante tarjeta virtual, que se ha convertido en una herramienta de control de gastos muy poderosa y eficiente porque no hay límite en el número de tarjetas que se pueden expedir, ya sean de uso único o recurrentes”.
La tarjeta virtual de uso único fue pensada para que las empresas puedan pagar un gasto que no tiene recurrencia en el tiempo, como por ejemplo la compra de vuelos para un colaborador, y que luego de ser utilizada puede eliminarse permanentemente.
También existe la tarjeta de uso recurrente, un producto al que es posible asignarle fondos personalizados cada mes, de acuerdo con los gastos periódicos de la empresa.
Ya se trate de tarjetas de uso único o recurrente, las tarjetas virtuales se han posicionado como soluciones seguras y eficientes al momento de realizar transacciones digitales debido a que ofrecen encriptación de datos y, al ser digitales, no hay posibilidad de que se extravíen, lo que reduce el riesgo de que las empresas sean víctimas de crímenes como la clonación o la suplantación de identidad.
En la actualidad, las tarjetas virtuales son gestionadas por el usuario mediante un monedero virtual que le permite realizar sus compras utilizando su celular o su reloj digital, entre otros dispositivos; además de realizar compras en línea.