El más reciente informe de KPMG, titulado “Mi vida, mi billetera y yo”, ha dado a conocer el impacto que tienen los factores ambientales y sociales en el comportamiento del consumidor, ya que actualmente existe preocupación en las personas por la sostenibilidad de los productos que adquieren y el estilo de vida que llevan.
Los factores mencionados anteriormente han llevado a las empresas a aumentar la adopción de prácticas ESG (Environmental, Social and Governance) y diferentes tendencias sostenibles en todos los aspectos del negocio, para así enfrentarse a un futuro cada vez más incierto.
Según el estudio, que fue realizado a más de 30.000 personas en once países diferentes, el 76 por ciento cree que proteger el medio ambiente es más importante que hacer crecer la economía. De igual manera, el 87 por ciento de los consumidores considera que las empresas tienen la responsabilidad de hacer productos que duren, sean fáciles de arreglar y de reutilizar, y el 64 por ciento quiere conocer el impacto medioambiental de lo que compra.
En el caso puntual de América Latina, se destaca que el 56 por ciento de los consumidores indica que la contaminación de plásticos y químicos derivada del rápido desarrollo no se justifica. Sin embargo, la región tiene el peor índice de adhesión (47 por ciento) a maneras y medios de transporte de menor impacto ambiental, como ir en bicicleta, caminar o utilizar el transporte público.
Fernando Gamboa, socio líder de la industria de Consumo y Retail de KPMG en América del Sur, afirma: “Lo que estamos viendo ahora es que la preocupación por el cambio climático está cada vez más presente y es consistente en las actitudes de los consumidores. Buscan los mismos valores y prácticas en las empresas. Es fundamental entonces comprender cómo piensan realmente las personas acerca de la sostenibilidad, para definir una estrategia de negocios y comunicación específicas”.
Desde hace cuatro años, KPMG monitorea la naturaleza cambiante del comportamiento de compra del consumidor y está comprometido con entender y trabajar bajo estas tendencias en busca de priorizar la sostenibilidad como motor determinante en el bienestar, tanto del consumidor como de la empresa.