A los efectos que ha tenido la covid-19 se suman los cambios de hábitos de los consumidores, dando como resultado un nuevo paradigma: la digitalización acelerada, con ciudadanos cada vez más exigentes, que buscan inmediatez, más la conveniencia sin salir de casa que dan las plataformas digitales.
El auge del e-commerce ha llegado definitivamente para quedarse tras el confinamiento. Según el estudio de la consultora MARCO, “Hábitos de consumo post covid-19”, en Colombia el 65 por ciento de los consumidores afirma haber comprado más online durante este periodo.
Sin embargo, y al mismo tiempo, la tienda offline sigue siendo preferida por el 49 por ciento de los colombianos, haciendo que los negocios pequeños de barrio, cercanos, accesibles sin aglomeraciones de gente y de confianza, busquen reactivar los sectores económicos, creando empleo y nuevas oportunidades.
El concepto de omnicanalidad permite combinar la escogencia de productos o servicios de manera online u offline en función de la conveniencia de cada usuario, pero ¿a qué se debe que suene con cada vez más fuerza?
“Siendo conscientes de la importancia, no solo de la atracción de clientes, sino de también de su retención, los empresarios están buscando conocer muy de cerca sus hábitos, necesidades y anhelos. Es por ello por lo que grandes marcas y ecosistemas globales están mirando en la dinámica de los barrios un lugar para quedarse”, expresa Eloi Gómez, CEO de Jeff.
La omnicanalidad beneficia a consumidores y emprendedores a partes iguales, ya que, mientras el usuario puede elegir cómo contratar y disfrutar de sus servicios, el emprendedor dispone de un público objetivo más amplio al dirigirse tanto a perfiles digitales como a otros más tradicionales.
Las grandes tiendas online han facilitado el acceso a los usuarios, obteniendo mayor variedad o mejorando los precios.
“Aquí es clave la adaptabilidad de los modelos de negocio y de los grandes retailers para el devenir de sus operaciones. Los grandes van a necesitar a los pequeños para llegar a todos los barrios del mundo. En una sociedad con usuarios cada vez más exigentes, la capacidad de ser ágil y adaptarse para crear soluciones a la medida de cada cliente, no es una opción. Es una obligación”, expresa Gómez.
La fórmula para lograr que esta combinación de canales sea un éxito se asienta en tres pilares fundamentales: una propuesta de valor basada en adaptar negocios de toda la vida a la nueva coyuntura, un entorno digital desde el que se pueden contratar y gestionar los servicios, y establecimientos físicos listos para operar de manera tradicional.
Esto le ha permitido a Jeff crear un ecosistema omnicanal de servicios del día a día que aboga por el consumo local, tan necesario, especialmente, en tiempos de crisis, devolviendo vida y trabajo a los barrios.
“Creemos firmemente que existe una nueva generación de emprendedores que está empezando y que esto es una oportunidad en la que podemos ayudarlos a desarrollar negocios omnicanal, adaptados a las exigencias de los consumidores en cualquier barrio del mundo”, concluye el CEO de Jeff.