BPC, proveedor global de soluciones de pagos digitales, analiza de qué manera la banca abierta les permite a los comercios crear experiencias satisfactorias dirigidas a los clientes mediante la combinación de fidelidad y pagos en una misma oferta.
Para Mauricio Fernández, director de operaciones Américas de BPC, “este es momento único para que la banca y el ecosistema fintech de Latinoamérica le ofrezcan productos innovadores a una población que aún tiene bajos niveles de bancarización y en la que predomina el uso del efectivo. La banca abierta promueve un mejor acceso a productos financieros y grandes beneficios, como menor costo en los procesos y mejor interacción con las entidades bancarias”.
El open banking tiene como base la innovación tecnológica y promueve un ecosistema de servicios financieros cada vez más amplio, en donde la banca tradicional, los neobancos, las fintechs, los comercios y los proveedores se esfuerzan por crear experiencias integradas para sus clientes. BPC, como proveedor de soluciones de pagos digitales, identificó tres beneficios que genera la adopción de la banca abierta y las finanzas integradas:
- Mayor alcance. Con el open banking es posible responder a las necesidades de los clientes e integrar nuevas capacidades digitales de proveedores externos a la infraestructura existente en los bancos. Además, les ayuda a las instituciones financieras a ampliar su alcance más allá del modelo de distribución tradicional.
- Diferenciación de servicios. Permite que los bancos puedan expandir su oferta y tecnología para que puedan estar en capacidad de ofrecer servicios diferenciales para sus clientes, con beneficios de integración de cuentas, ventas cruzadas, respuestas en tiempo real, manejo de cartera, capacitación u orientación en finanzas personales, programas de fidelización y especialización de la oferta.
- Nueva línea de monetización. La creación de un nuevo canal de distribución que ofrezca productos y servicios abiertos a un ecosistema más amplio gracias al uso de interfaces de programación de una aplicación (API) genera oportunidades al simplificar los procesos y habilitar el acceso eficiente de información o funcionalidades.
De cara al usuario, incluye los siguientes beneficios:
- Ofrece productos y servicios de manera personalizada a sus clientes.
- Brinda herramientas a los usuarios para una mejor administración de sus finanzas.
- Perfila usuarios con base en sus patrones de consumo.
- Información de saldos y transacciones de tarjetas de débito y crédito, créditos hipotecarios e inversiones, entre otros.
“Los bancos ya no definen los estándares de la industria; ahora, lo hacen los clientes con su manera de comprar, aprender o compartir en Internet. Las finanzas integradas son la oportunidad para promover un completo portafolio de servicios financieros a medida de las exigencias de las personas y en el momento en que se necesitan dentro de la experiencia digital que está cambiando el mapa de banca en la región. Su aplicación incentiva la competitividad del sector y la inclusión en la población más desatendida en Latinoamérica”, asegura Fernández.
El open banking es ya una realidad en Latinoamérica. México y Brasil son los países que han liderado su implementación, mientras que Colombia y Chile adelantan un marco regulatorio que incentive su uso y aplicación. La región cuenta, actualmente, con más de 52 bancos digitales.