El informe de tendencias digitales realizado en marzo de 2022 por HootSuite, mostró que el tiempo empleado por los usuarios en TikTok aumentó más de un 20 por ciento en el primer trimestre del año, en comparación con lo evidenciado durante todo el año pasado.
En Instagram pasan casi medio día al mes usando la aplicación, lo que equivale a, aproximadamente, el 2,5 por ciento de las horas que están despiertos. En esta red social se publican 277.777 historias y 55.140 fotos cada minuto, mientras que en Twitter se envían 511.200 tuits en el mismo lapso.
Esos tiempos hacen que la mente quede expuesta a un sinfín de estímulos y a una sobrecarga de datos que pueden causar, incluso, trastornos como ansiedad, depresión y baja autoestima.
Además, “todo lo que compartimos a través de nuestros dispositivos móviles es una huella indeleble y atemporal”, comenta María Elena del Valle, docente de la EAE Business School.
La profesional indica que este comportamiento se conoce como oversharing y es descrito por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) como “la sobreexposición de información personal en Internet, en particular en las redes sociales, mediante los perfiles de los usuarios”.
Vale la pena resaltar que en las redes sociales se encuentra contenido relacionado con estándares de belleza o nivel de vida, hábitos de consumo y fake news, lo que puede afectar a la salud mental de los usuarios sin importar su edad.
“El exceso de información nos hace frágiles, vulnerables y objetivo de prácticas fraudulentas. Cada vez que se publique hay que pensar que se deja entrar en la casa a personas sin invitación, dándoles acceso a afectos y pertenencias. La vida, las emociones, la huella digital y la palabra son para el usuario y los tuyos. No vivimos en una pecera para aparentar éxito y felicidad, sino para tenerlos”, concluye María Elena del Valle.