No hace mucho tiempo comencé a darme cuenta que el confinamiento en casa influye en nuestro desempeño, con personas que cada día sienten que trabajan más, hay otras como yo que cada día sienten que se hace más difícil sacar el día adelante.
Para nadie es un secreto que nuestros hogares en la mayoría de los casos están hechos para descansar, muy pocas personas cuentan con un estudio o un sitio dedicado en el que puedan contar con los requerimientos básicos para una jornada laboral de 8 horas o más, por lo que después de más de 30 días trabajando bajo las mismas condiciones se comienzan a evidenciar dolores de espalda y de cabeza, así mismo, estos dolores nos llenan de estrés, que se convierte en angustia por sentir la presión de continuar trabajando incluso si nuestro ser se desmorona a pedazos, y si a eso le sumamos la zozobra de la estabilidad económica nuestra y del país, esto se termina convirtiendo en un coctel de sensaciones que nos dejan agotados y nos ponen a trabajar a media marcha.
Antes de sentirnos abrumados por las nuevas condiciones de trabajo o la “nueva normalidad”, (que es cómo se le conoce hoy a nuestra situación, en una frenética manía por nombrar todas las cosas para poder sentirnos más cómodos con ellas), es importante que nosotros, como los demás miembros de nuestro equipo, entendamos que detrás de cada silla incómoda hay un ser humano de carne y hueso, una persona que siente, que respira y sobre todo que debe ser entendida como un organismo que necesita interactuar con diferentes estímulos para sacar adelante el momento por el que estamos atravesando.
Entrar en contacto con nuestro ser no es una tarea sencilla, sin embargo, en los últimos meses he descubierto que con un poco de meditación diaria se puede sacar la situación adelante, además, a esta actividad se deben sumar otras como rotar entre espacios de trabajo dentro de la casa, tomar momentos para realizar pausas y permitirnos el tiempo para recuperar la serenidad en nuestro interior.
No hay que ser un maestro zen en busca del Valhala para poder conectarnos con nuestro ser, por eso voy a compartir contigo 3 factores claves para entrar en un modo de interacción con nuestras emociones.
- Respira conscientemente
Simplemente cierra los ojos y enfócate en respirar, en esta etapa es clave enfocarnos en la forma en la que el aire entra por nuestra nariz, llega hasta nuestros pulmones, y luego sale por nuestra boca lenta y completamente.
- Se vale pensar
Como decía, no debemos ser expertos, la idea es que con una base en la respiración podamos comenzar a despejar nuestra mente, sé que hay momentos donde llegan pensamientos, pero la idea es que tan pronto como los sientas apoderarse de tu mente los controles y los dejes ir, para esto, intenta enfocarte nuevamente en mantener tu mente enfocada en la respiración.
- Solo unos minutos son suficientes
No hay que meditar por horas para obtener resultados, puedes alternar esta práctica a lo largo del día, yo tengo una sesión de 20 minutos todos los días tan pronto despierto, y luego alterno sesiones de 5 minutos a lo largo del día conforme siento que mi cuerpo comienza a sentir cansancio y estrés.
Después de unos días vas a comenzar a sentir cómo tu cuerpo y tu mente aumentan su resistencia, y así mismo te convertirás en una persona menos reactiva, te darás cuenta que cada vez que sientas un episodio de estrés en el horizonte serás mucho más capaz de darle manejo y en definitiva podrás sentirte mucho más en paz, activo y productivo para continuar con tu trabajo desde casa.