Un doctorado es el escalafón más alto en la formación académica de una persona, impartido con el propósito de formar profesionales para que desarrollen trabajos de investigación de manera autónoma y específicamente, aquellos que generen nuevo conocimiento, garantizando el avance de la ciencia y de las regiones del país.
Asimismo, se considera que parte del atraso científico y tecnológico de las regiones colombianas se debe a las dificultades en la formación de recurso humano calificado. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Educación (MEN), en Colombia solo hay 16 personas con título de doctorado por cada millón de habitantes, y hasta el 2019 se registraron 382 programas doctorales activos.
Aunque las cifras señaladas son alentadoras respecto a años anteriores, el número de doctores en el país debería aumentar para garantizar la productividad de las regiones y con ello el desarrollo económico y social. Sin embargo, existen muchos imaginarios alrededor del acceso a un programa doctoral.
Es por ello que Jairo Useche Vivero, director de Investigación e Innovación de la Universidad Tecnológica de Bolívar (UTB), señala algunos mitos y realidades sobre el acceso a programas doctorales.
Mito 1: “Para acceder a un doctorado, primero debes realizar una maestría”.
Realidad: los profesionales no necesariamente necesitan tener una maestría para ingresar a un programa doctoral, pero es deseable que cuenten con ese posgrado, ya que realizarlo permite adquirir herramientas para hacer investigación, entonces, esos dos años son fundamentales para profundizar en cierta área del conocimiento donde posteriormente la persona realizará su doctorado.
Mito 2: “los doctorados son inaccesibles y sólo los realizan personas con muchos recursos económicos”.
Realidad: la mayoría de las personas realizan estudios doctorales gracias a los programas becarios que el Gobierno Nacional ha implementado en los últimos años, con la finalidad de garantizar la formación doctoral en Colombia que propendan por un Estado sostenible desde lo social, económico y ambiental.
Sumado a esto, la inversión por semestre no es tan inalcanzable como muchos consideran. En algunas universidades del país, la inversión oscila entre los 11 y 12 millones de pesos, es decir, lo mismo que cuesta un semestre de pregrado en las universidades más caras del país.
Mito 3: “el Gobierno Nacional no apoya la formación doctoral en el país”.
Realidad: Esta realidad está asociada a la descrita en el párrafo anterior. Se trata de una situación que quedó en el pasado, ya que el gobierno colombiano en los últimos años ha impulsado la formación doctoral porque sin duda alguna es clave para desarrollar una sociedad basada en conocimiento que permita mejorar la competitividad de la industria nacional.
En este sentido, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, abre convocatorias de becas condonables financiadas con recursos del Sistema Nacional de Regalías y del fondo Francisco José de Caldas, con la finalidad de dinamizar la formación doctoral en el país y fortalecer el sistema nacional CTeI a través de la generación de nuevo conocimiento científico capaz de resolver las problemáticas inmediatas de los entornos.
“La UTB, ha participado en proyectos para administrar becas o créditos condonables para programas de maestrías (119 beneficiados) y doctorados (12 beneficiados), a través de recursos de asignación para la inversión en CTeI del Sistema General de Regalías, en el marco del Programa de Becas de Excelencia Doctoral del Bicentenario”, puntualiza Useche.
Mito 4: “cualquier profesional independientemente de su vocación puede acceder a un doctorado”.
Realidad: en este punto, Jairo Useche precisa que, para acceder a un doctorado, las personas deben evaluar su vocación para investigar, ya que la formación doctoral brinda las herramientas para que el profesional independientemente del área del conocimiento en la que se desempeñe, realice investigaciones de manera autónoma.
“Independientemente de la profesión y la maestría que haya realizado un profesional, el doctorado que realice le otorgará las competencias necesarias para desarrollar investigaciones de alto nivel e impacto que propendan por el desarrollo de la ciencia y las regiones del país”, expresa Useche.
Mito 5: “realizar un trámite de inscripción a un programa doctoral es demasiado complicado:
Realidad: los trámites de inscripción a un programa doctoral son iguales al de cualquier otro programa, con la diferencia de que para ser admitido, el aspirante debe entregar documentación adicional. Por ejemplo, para ingresar a un doctorado de la UTB, los requisitos de inscripción son: documento de identidad, diploma de pregrado y posgrado en caso de tenerlo, foto, hoja de vida actualizada, certificado de notas y dos referencias académicas.
Adicionalmente, los aspirantes deben realizar dos ensayos. El primero es un ensayo motivacional donde el profesional debe indicar por qué desea estudiar el programa doctoral en una extensión de dos páginas. En el segundo ensayo, el aspirante debe explicar la investigación que desea abordar en su formación doctoral en una extensión de cinco páginas.