Las comunidades de los departamentos del Cauca y Putumayo se han enfrentado, históricamente, a desafíos sociales por la falta de acceso a servicios y derechos básicos como educación, salud de calidad, acueducto y alcantarillado, entre otras.
En esas zonas convergen, además, distintos grupos poblacionales vulnerables de Colombia, incluyendo comunidades afro, indígenas y campesinos. Estos desafíos afectan muchos aspectos de su vida diaria, como la salud y el bienestar, elementos claves para el buen vivir.
Por eso, la Fundación Keralty ha desarrollado un modelo de cuidado comunitario que reconoce las necesidades rurales en salud y trabaja desde el empoderamiento de las comunidades y beneficia el bienestar de la población campesina de Mocoa y Cajibío en indicadores como enfermedades diarréicas agudas, salud maternoinfantil y componentes de salud mental, incluyendo manejo de la violencia de género e intrafamiliar que impacta directamente en la integridad de las personas.
La articulación de esfuerzos busca afrontar retos como la falta de soluciones sostenibles y ajenas a la cultura propia de las comunidades en términos de la salud, la ausencia de socialización de buenas prácticas alimentarias saludables adaptadas al territorio y la alerta por enfermedades y mortalidades identificadas en la población, todo esto, acompañado por asociatividad y trabajo en red.
Este modelo de cooperación ya se ha implementado en La Guajira mediante el proyecto “A Guajira”, con el que la Fundación Keralty ha logrado reducir por medio de gestores de bienestar en la comunidad un 41 por ciento de las infecciones respiratorias agudas y, a corte de 2021, hasta en un 38 por ciento las enfermedades diarréicas en las comunidades de Yorijarú y Kulesiamana.
Cajibío y Mocoa tienen la particularidad de que son comunidades que quieren trabajar por la recuperación del valor del cuidado comunitario para impulsar cambios positivos en las situaciones que viven. En su mayoría, están conformadas por población campesina que ha sido vulnerada, pero que sigue creyendo en programas que apuesten por el fortalecimiento de sus liderazgos comunitarios, el intercambio de conocimientos de interculturalidad en salud y la identificación de buenas prácticas propias del territorio.