Por: Juan Camilo Motta, Consultor en Gestión Empresarial
A pocos días de la terminación de la cuarentena y entrada de una nueva etapa en el manejo de está pandemia, las personas se están preguntando ¿se extenderá la cuarenta? ¿reapertura económica para el comercio? ¿aislamiento inteligente?. Preguntas que si bien cada día van teniendo respuestas diferentes para asegurar que se proteja la vida, cada vez es más claro que el éxito de una apertura económica de manera segura, no va estar enfocado en la fecha cuando se abra las puertas de los negocios, sino va tener que ver con que tanto las personas interiorizan las nuevas normas sociales como comportamientos habituales.
El gobierno y las empresas vienen estableciendo los protocolos de bioseguridad necesarios para reiniciar actividades, pero surge un reto más importante ¿como se logra interiorizar este nuevo comportamiento social en los trabajadores de la organización?. Por eso mantener a los empleados y clientes sanos y seguros en esta época, no solo va estar enfocado en comportamientos como usar mascaras, tomar la temperatura, lavarse las manos y estar a dos metros de distancia. Esto va a recaer en que todos nosotros hagamos efectivamente estas cosas, todo el tiempo, por el tiempo que sea necesario. Y esto no pasa a menos que las personas que vean que otros no cumplen las normas, hablen y les recuerden lo que deben hacer.
Pero el problema esta en que no somos buenos para decirle a los demás que cumplan las normas y mucho menos para que nos digan que las cumplamos. En el más reciente estudio de VitalSmarts de 1062 encuestados, 3 de cada 4 admitieron estar nerviosos sobre el riesgo de infección al interactuar con otros. Pero en cambio, 7 de cada 10 personas admitieron que dicen menos de lo que creen que deberían decir para mantenerse ellos mismos a salvo y a otros.
Por ello, Joseph Grenny[i], en su ultimo articulo para el Harvard Business Review[ii], propone las siguientes 5 practicas como fuentes de influencia para generar cambios significativos en los comportamientos culturales de las organizaciones y así crear ambientes de trabajo seguros. Joseph sugiere que a menos que estas cinco practicas sean implementadas combinadamente, la probabilidad de un cambio significativa cae drásticamente.
- Decir por favor y gracias. La única forma de crear y sostener un cambio es tener un 200% de compromiso. Los trabajadores deben entender que no son simplemente responsables de seguir los protocolos de seguridad ellos mismos (el primer 100%), sino también son garantes de la seguridad de todos, responsabilizándose que las personas alrededor cumplan con estos protocolos también (el segundo 100%). Dar directrices a los empleados que cuando vean a alguien violar las practicas de seguridad, es seguro que les recuerden los protocolos de manera cortes con un “por favor”. Y de igual forma instruyendo a los lideres, jefes y colaboradores en general que cuando se les sea recordado usar la mascarilla o mantener distancia, solo hay una respuesta permitida, un inmediato “gracias” seguido por cumplir las normas y punto. Cuando las personas son entrenadas en “mostrar gratitud y no actitud” un recordatorio se convierte en una cotidianidad y deja de ser una experiencia incomoda o de represión.
- Ten un campo de entrenamiento COVID para cuando regresen a las oficinas. La idea de un “Campo de entrenamiento” es para romper viejas costumbres e introducir nuevas y la época más fácil para restablecer las normas es cuando nadie sabe que es normal. Mientras los empleados reingresan al lugar de trabajó, toma ventaja de sus expectativas no formadas al tener un espacio destinado para entrenar a los trabajadores. Este espacio puede ser tan corto como de 30 minutos hasta un poco más largo de dos horas, dependiendo de cuantas normas se necesitan que las personas pongan en practica. La reunión de incluir lo siguiente: a) Los lideres o jefes deben estar al frente de los empleados, demostrar su sinceridad y compromiso con los nuevos protocolos de bioseguridad. b) Disponga mensajes con un argumento moral para cambiar el comportamiento contando historias de amigos, familiares o clientes afectados por el COVID para dar vida a los riesgos de incumplimiento. c) Los líderes no deben simplemente instruir sobre nuevos comportamientos de seguridad, sino demostrar los comportamientos deseados para desarrollar la memoria muscular y que las prácticas se sientan cómodas, normales y obligatorias.
- Practica con simulacros. Realice simulacros todos los días durante la primera semana, donde pida a las personas que dejen de hacer lo que están haciendo y practiquen los nuevos comportamientos; en las semanas siguientes, dos veces por semana es suficiente. Los jefes y lideres deben dar ejemplo de cada uno de los comportamientos de seguridad, incluyendo decir por favor y gracias. Los simulacros requieren mucho menos tiempo, pero son críticos para mantener el cambio por que les recuerda a los empleados la importancia de los comportamientos.
- Realizar revisiones diarias. Uno no obtiene lo que espera, obtiene lo que inspecciona. Al igual que en los hospitales y sus rondas médicas, lar organizaciones deben usar una lista de verificación para hacer revisiones diarias y medir los resultados de cumplimiento de los protocolos de bioseguridad. Pueden caminar por el área de trabajo y observar el grado en que se practica el comportamiento adecuado. Deben calificarlo todos los días durante los primeros 30 días y hacer sus observaciones en momentos impredecibles del día. Después de eso, las revisiones pueden suceder cada dos días.
- Publique los resultados. Publicar los puntajes obtenidos de las revisiones diarias todos los días y asegurarse de que sean visibles para todos, ayuda a concientizar sobre el grado de compromiso que se esta teniendo en la organización, esto sin importar cuáles sean los resultados. La vergüenza es un poderoso motivador para la mejora.
Estas prácticas pueden resultar incómodas para muchos empleados y líderes, especialmente aquellos que no han sido parte de esfuerzos concretos en la implementación de normas de seguridad y salud en el trabajo antes. Pero estos son tiempos inusuales y si queremos mantener a todos sanos y seguros, las personas tienen que hacer cosas fuera de sus zonas de confort.
Si los líderes toman en serio estas prácticas, podrán inculcar nuevas comportamientos mucho más rápido. Hacerlo no solo es importante para la seguridad de los empleados sino también para la salud de su negocio. La adhesión a estos comportamientos críticos hará posible que las empresas se reabran y permanezcan abiertas.
[i] Joseph Grenny es un autor Best-Seller del New York Times, orador principal y destacado científico social para el desempeño empresarial. Es el cofundador de VitalSmarts, un innovador en capacitación corporativa y desarrollo de liderazgo.
[ii] 5 Tips for Safely Reopening Your Office | HBR Articule by Joseph Grenny |