Por Angela Mesa
Se han preguntado por qué muchos de sus sueños quedan sólo en el imaginativo? Por qué frases como “mañana lo hago” o “esto puede esperar” se han convertido en la filosofía diaria de vida?.
Con los cambios que sugiere la nueva era y el uso masivo del Internet, se viene hablando de la procrastinación (aunque no es un hábito exclusivo de este tiempo). Dicho término se refiere a la postergación de actividades que deben ser atendidas por otras irrelevantes y más agradables para el ser humano.
No es ningún secreto que estamos en una era tecnológica que cada vez nos consume y nos aleja de cierto modo de la realidad. El uso inadecuado de la tecnología ha hecho que las personas vivan en un mundo digital y que aplacen actividades cotidianas e importantes por tareas superfluas dejando que cada vez la pereza, el ocio, el miedo a enfrentar problemas y a pensar se apodere de la mente humana.
Y es que el internet es una de las principales fuentes de este mal hábito. Se pueden pasar días enteros en Facebook, Twitter, Youtube, Pinterest, etc descuidando y aplazando proyectos y sueños.
Según estadísticas, el 85% de la población mundial tiene el mal hábito de procrastinar. Todos en algún punto de nuestras vidas hemos sido víctimas de la procrastinación y no sólo por pereza, si no también por falta de motivación para realizar cosas que no nos apasionan. Las distracciones son tan grandes que permiten evadir la responsabilidad sobre actividades que no tenemos ganas de hacer.
Las tareas más susceptibles de ser postergadas no nos divierten y no tienen por obligación que realizarse en la inmediatez. A la menor oportunidad, aplazamos las tareas que más rechazo nos producen y nos recreamos en lo divertido, a menudo sin detenernos a pensar en las consecuencias.
Nos enfrentamos al pequeño monstruo del “mañana lo hago” y nos dejamos invadir por distracciones que al final no nos dejan avanzar en ninguno de los proyectos que nos hemos planteado.
La buena noticia es que hay maneras de hacerle frente a la procrastinación y hoy les dejamos 5 pasos iniciales:
- Prioriza las actividades: saber qué tareas debes realizar y en qué orden de importancia debes hacerlo te ayuda a manejar el tiempo.
- Realiza un programador realista: Es importante pensar qué es lo que debes hacer, cómo puedes hacerlo, qué necesitas y cuánto tiempo te tomará.
- Analiza los pro y los contra de cada una de las actividades a realizar: tener claras las posibles consecuencias hacen que tus decisiones sean más acertadas.
- Concéntrate en la actividad: trata de alejar cualquier distracción y no pares hasta verla terminada. Este hábito hace que nuestro cerebro quede ocupado por la tarea y desaparezca el efecto pesimista.
- Haz un seguimiento a tus actividades y proyectos: mira si los resultados obtenidos son de tu agrado y qué cosas puedes cambiar para alcanzar tus metas.
Estos simples pasos son aplicables tanto a proyectos personales o profesionales, y podemos hacer uso de una estrategia muy utilizada en marketing, el Design Thinking. La idea es diseñar soluciones prácticas para un problema con el propósito de satisfacer a cabalidad las necesidades.
Aquí les dejo un video (en inglés) sobre la procrastinación: