Se sabe que la contaminación acústica no sólo provoca pérdida de audición, sino también trastornos del sueño y problemas cardiovasculares y metabólicos. De hecho, es la segunda causa de enfermedades relacionadas con el medio ambiente, sólo superada por la contaminación atmosférica. Pero, ¿qué es exactamente?
El ruido ambiental se refiere a los sonidos no deseados provenientes de diversas fuentes, como el tráfico, la industria y la música amplificada durante actividades recreativas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido superior a 65 decibelios ya se considera ruido nocivo. Para ponerlo en perspectiva, este nivel equivale al ruido de un grupo de personas hablando en voz alta, un restaurante concurrido o una llamada telefónica muy cerca del oído.
Las principales causas de ruido ambiental proceden de entornos cotidianos, como el tráfico de vehículos, las reuniones o eventos multitudinarios, las fábricas o la música alta de altavoces cercanos. Las obras de construcción son una fuente importante de ruido, ya que la maquinaria pesada expone a las personas a niveles sonoros elevados, ya sea por su proximidad geográfica o por la necesidad de desplazarse cerca de estas zonas. El tráfico de vehículos también contribuye en gran medida a la contaminación acústica; tanto si se viaja en coche, motocicleta o autobús, las personas están expuestas a elevados niveles de ruido por el flujo del tráfico y el uso frecuente de bocinas. Del mismo modo, los eventos o reuniones con grandes grupos de personas generan altos niveles de contaminación acústica debido a la superposición de múltiples fuentes de sonido.
Las diversas fuentes de ruido ambiental pueden parecer cotidianas, pero su impacto en la salud puede ser profundo. La OMS calcula que el 10% de la población mundial está expuesta a niveles de presión sonora que podrían causar pérdida de audición inducida por ruido, y la exposición prolongada a estas fuentes de ruido no solo crea una molestia temporal, sino que puede acarrear graves consecuencias tanto para la audición como para el bienestar general, afectando desde la salud auditiva hasta afecciones mentales y físicas, como:
- Tinnitus: La exposición a ruidos fuertes puede causar tinnitus o la sensación de oír ruidos que dan lugar a síntomas de tinnitus.
- Flujo vehicular: al desplazarse en un vehículo, ya sea carro, moto o bus, las personas están expuestas a niveles elevados de ruido, tanto por el tránsito de otros vehículos como por el constante uso de bocinas.
- Eventos: los eventos o reuniones que concentren una cantidad alta de personas son propensos a generar una contaminación acústica alta, debido a múltiples fuentes de voz provenientes de muchos lugares a la vez.
La contaminación acústica puede tener distintos orígenes, y con una alta exposición, puede traer consecuencias tales como:
- Tinnitus: la exposición a ruidos altos puede provocar zumbidos o la sensación de escuchar ruidos que se traducen en tener síntomas de tinnitus.
- Estrés: Debido a la exposición a ruidos fuertes, pueden aparecer síntomas relacionados con la fatiga mental, la histeria o la ansiedad.
- Problemas de memoria y concentración: Los problemas de concentración pueden surgir si la zona en la que se intenta centrar la atención tiene mucho ruido ambiente y no permite que el cerebro se concentre plenamente o en silencio.
Desde GAES una marca de Amplifon se reconoce que la pérdida de audición puede llegar de forma gradual en la vida cotidiana de las personas, y es por ello que se invita a tener cuidado con fuentes de ruido que no reconocemos como peligrosas para la audición. Lorena Romero, audióloga y coordinadora de calidad y formación de GAES, da consejos para cuidar la salud auditiva de la contaminación acústica:
- Es importante identificar a qué ruido podemos estar expuestos y cómo nos afecta.
- Aunque el daño no sea inmediato, la exposición repetida a la contaminación acústica puede tener consecuencias negativas para la audición y la salud mental.
- El tiempo al que estamos expuestos a volúmenes elevados es crucial, por lo que se debe saber que si no tenemos cuidado con las fuentes de audio peligrosas, se puede generar una pérdida de audición a corto, medio o largo plazo.
- Llevar protectores auditivos es una muy buena opción como medida preventiva si estamos cerca de un ruido del que no podemos alejarnos.
- Los jóvenes también deben protegerse de los ruidos peligrosos utilizando protectores auditivos cuando asistan a conciertos o actos multitudinarios. 1.100 millones de jóvenes corren el riesgo de perder audición debido a prácticas auditivas irresponsables, por lo que es fundamental abordarlo.
La salud auditiva es un tema que no debe pasar desapercibido. Hay muchas fuentes de sonido potencialmente dañinas que a menudo pasan desapercibidas. Alguien puede estar en riesgo de pérdida de audición sin siquiera darse cuenta, por lo que es crucial concienciar sobre los peligros del entorno y fomentar acciones preventivas que beneficien a todos.