Durante la última década, la industria cinematográfica ha sido el epicentro de la denominada “economía naranja” colombiana. Según Proimágenes el total de gastos realizados en Colombia por proyectos internacionales asciende a 185.000 millones de pesos en servicios relacionados con el “séptimo arte”, posicionando al país no solo como un gran caficultor o floricultor, sino como un productor de cine de primera calidad.
Según David Antonio Lizarazo, abogado director de la consultora Lizarazo y Álvarez, “si se hace un recuento con la Ley 814 de 2003, los primeros certificados de inversión y donación se entregaron en el 2004. De ese año hasta estos días, se han entregado en promedio 1.857 certificados. Esto ha sido posible por los incentivos fiscales que el Decreto 814 y la Ley 1556 otorga a nacionales y extranjeros que quieren invertir en las producciones colombianas”.
Esos incentivos fiscales atraen inversores ajenos al sector que persiguen una rentabilidad muy superior a la que ofrecen otros productos financieros y que no dependen del resultado comercial de la producción.
Solo en 2019 se invirtieron en el cine colombiano más de 44.000 millones de pesos generando no solo una gran fuente de empleo sino una proyección de la industria que la ha catapultado a ser un competidor más en este mercado.
Los incentivos fiscales proveen de recursos financieros al sector, diferentes a los del presupuesto nacional. De esta manera, se ha podido preservar un sistema que ha sido exitoso y que también es aplicado en países como España y Brasil. Además, garantizan un beneficio para esta industria en crecimiento que ha recurrido a las exportaciones de sus productos como una estrategia más agresiva para ampliar y estabilizar su mercado, trabajando de la mano con grandes productoras internacionales para aprovechar los enormes recursos de que disponen.
La calidad del trabajo y el incentivo fiscal han fortalecido y potenciado toda la cadena del audiovisual; atrayendo nuevas inversiones para el país reactivando el empleo en este sector y generando el constante crecimiento de la industria.
“Este año pretende ser exitoso para el sector cinematográfico. Se estima que se realicen más de 30 proyectos con inversiones de entre 300.000 y 500.000 millones pesos. Asimismo, el ascenso de la industria busca la superación de lo realizado en 2019, de mayor valor de dinero certificado en inversiones en cine, con 49.593 millones de pesos, y un monto de recursos que creció en un 44,1 por ciento anual”, menciona Lizarazo.
Los aportes de recursos financieros han ingresado a fortalecer la industria del cine en el país, ya sea por inversiones o donaciones.
Muchas son las empresas que se suman a este tipo de inversión, incluyendo canales de televisión, empresas productoras audiovisuales, empresas sin ánimo de lucro, entidades de capital mixto, sector financiero, cines y personas naturales.
Este incentivo y la posibilidad de invertir está pensado para personas naturales y jurídicas con cuotas fiscales positivas con el fin de compensar saldo y reducir impuestos a pagar. Es por esto por lo que para 2021 se estima que muchas compañías se sumen a las inversiones en el sector con el fin de reactivar la economía e impulsar la Cuarta Revolución Industrial y el talento colombiano.