A medida que el mundo cambia a un ritmo excepcional, las empresas deben responder de manera más rápida y responsable. Por eso, la coyuntura derivada de la covid-19 puso la resiliencia en la agenda, abriendo un camino hacia la innovación.
“La pandemia aceleró la digitalización de muchas operaciones y dio la posibilidad de llevar a cabo un cambio profundo y sistemático hacia una economía más sostenible, beneficiando a las personas de todo el mundo y al planeta”, explicó Lisseth Vera, Digital Energy & EcoStruxure Manager para el Clúster Andino de Schneider Electric.
Ante estos cambios, las compañías deben considerar ciertos desafíos que son importantes, como la eficiencia operativa, la seguridad y la sostenibilidad relacionadas con el medioambiente, con el fin de avanzar hacia una nueva economía digital.
Por otra parte, la aceleración de la transformación digital y los nuevos métodos de trabajo han creado un nuevo escenario, el de la electricidad 4.0, que se refiere a la convergencia de lo digital y lo eléctrico. “Debemos esperar a que el desarrollo de estos sistemas sea afín al Internet de las Cosas y a las plataformas digitales para contribuir a la sustentabilidad y la eficiencia de nuestras operaciones”, comentó la ejecutiva.
En ese sentido, y gracias a la modernidad, la energía desempeña un papel importante en el desarrollo de los países, pero ¿qué tan sostenible es su generación y cómo es utilizada? Si bien existen muchas fuentes energéticas, se busca reducir su impacto ambiental mediante recursos más efectivos y menos costosos.
Con este objetivo en mente, las empresas energéticas y mineras confían en proveedores externos, como Schneider Electric, que, junto con el Gobierno, los consumidores y los vendedores, busquen fuentes menos costosas, más eficientes y, sobre todo, más amigables con el medioambiente.
La pandemia ofreció una gran oportunidad para la promoción de industrias más sostenibles. En el caso de la minería, que involucra grandes actividades logísticas de traslado, tanto de personal como de insumos y minerales, la coyuntura impuso un reto a las compañías para que siguieran operando mientras ofrecían seguridad y sin exponer a sus colaboradores.
“Es aquí en donde la tecnología y la digitalización facilitaron la superación de las limitaciones de las empresas, mientras que la realización de actividades remotas se convirtió en una ventaja competitiva. Estimamos que estos cambios llegaron para quedarse y que, incluso, incentiven las operaciones para que estén mejor preparadas de cara al futuro”, indica la Digital Energy & EcoStruxure Manager para el Clúster Andino de Schneider Electric.