En un contexto global en el que el 60 por ciento de la energía es desperdiciada, es necesario replantear nuestra relación con este recurso. La ‘Hora del planeta’ se consolida como un llamado urgente a la acción para reconsiderar y adoptar prácticas de consumo consciente y explorar alternativas que mejoren la eficiencia en el uso de los recursos.
Sumarse a esta iniciativa marca un diferencial en la lucha contra el cambio climático y forja un futuro más sostenible.
Apagar la luz durante una hora no solo representa un gesto importante, sino que tiene un impacto tangible: se traduce en la conservación de casi dos hectáreas del bosque amazónico.
Pero ¿qué otras acciones se pueden tomar para hacer un mejor uso de la energía?
Fomentar un uso responsable de la energía es esencial para abordar los desafíos energéticos. En hogares y lugares de trabajo, apagar luces en áreas desocupadas y desconectar electrodomésticos en reposo puede marcar una gran diferencia.
Por su parte, en estructuras críticas como hospitales y plantas de fabricación, donde la energía debe ser constante, se necesitan soluciones más sofisticadas, más aún cuando cerca del 80 por ciento de las emisiones es causado por la industria energética.
Aquí es donde entran en juego sistemas y tecnologías innovadoras para cuantificar y optimizar el uso de energía.
En la era de la transformación digital, los smartphones y la Inteligencia Artificial (IA) se consolidan como herramientas habituales para el desarrollo de actividades cotidianas de la vida de miles de millones de personas.
Cifras de BankmyCell, proyectan que, para 2024, la cantidad de usuarios de teléfonos inteligentes alcanzará los 4,88 mil millones. Por su parte, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), confirma que en Colombia hubo un incremento del 28,5 por ciento en la implementación de tecnologías de IA.
El crecimiento exponencial en el uso de dispositivos móviles y tecnologías avanzadas está impulsando una creciente demanda de infraestructura digital, especialmente de centros de datos, para el procesamiento de enormes volúmenes de datos.
La masificación de estas estructuras plantea desafíos ambientales significativos, en cuanto consumen cerca 200 teravatios hora (TWh). Se proyecta que este indicador se incremente 15 veces más para el año 2030, alcanzando el 8 por ciento de la demanda total.
En los centros de datos se pueden implementar diversas iniciativas hacer para optimizar los recursos y maximizar la eficiencia y soluciones desarrolladas por organizaciones líderes como Schneider Electric adquieren un papel protagónico en el desarrollo de sistemas eficientes.
Estas soluciones van desde sistemas de control y refrigeración inteligentes hasta plataformas de monitorización en tiempo real, con la que los usuarios pueden reducir su huella de carbono en sus infraestructuras digitales.
El compromiso con la eficiencia energética en los centros de datos es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede ser parte de la solución.
Al aprovechar la innovación y la ingeniería se está demostrando que es posible alcanzar un equilibrio entre el progreso y la sostenibilidad. Para eso, es importante que empresas, reguladores y consumidores trabajen hacia un objetivo común.
En Colombia, país favorecido con una riqueza natural incomparable, esta responsabilidad adquiere una importancia aún mayor. Es hora de actuar, no solo por nosotros mismos, sino por las generaciones futuras que heredarán este planeta.
¡Todos podemos ser agentes de impacto!