Por: Juan Camilo Motta, Consultor en Gestión Empresarial
Es normal que en la cotidianidad nos encontremos con personas con las cuales no terminemos de encajar, que hacen cosas inexplicables, tienen actitudes que nos incomodan o que simplemente no toleramos, lo que hace que relacionarnos con ellos sea difícil y preferimos evitarlos o no tener contacto alguno con ellos. De ahí esa famosa frase que muchos hemos escuchado decir “No soy monedita de oro para caerle bien a todo el mundo”. En nuestro entorno laboral, todos hemos tenido ese colega que nos vuelve locos, el jefe sobre controlador, el compañero adulador o el trabajador flojo, que nos hace pensar que nuestras vidas profesionales mejorarían sustancialmente si no estuvieran en el equipo o empresa.
Y pensamos eso, ya que vemos los negocios como el ámbito racional, donde se trata de análisis y el esfuerzo del trabajo, y por supuesto que lo es. Pero muy rápidamente, los problemas de relacionamiento comienzan a afectar qué tan bien solucionamos los problemas laborales.
Pero, y ¿sí estas personas fueran en realidad tu boleto para un crecimiento profesional significativo?. Diana McLain Smith[i], autora del libro “The elephant in the Room: How Relationships Make or Break the Success of Leaders and Organizartionz”, dice que cada vez que te enfrentas a alguien que te frustra, esa persona te dice que estás al límite de tus competencias y como estás frustrado no sabes como lidiar con ellos.
Pero muchas veces las personas al enfrentarse a un compañero conflictivo (me incluyo) piensan “No dejare que me afecte, así que meditaré o simplemente lo dejaré ir”; pero ¿cuánto tiempo puedes hacer esto antes de que te hierva la sangre? o ¿que esta situación comience a opacar tu gestión y haga difícil disfrutar de los demás logros que alcanzas?.
Entonces, si tienes problemas con un colega, es importante abordarlos de frente, pero con estrategia. Para MClain Smith, la respuesta esta en cambiar la dinámica de la relación, aconseja retroceder para evaluar sus interacciones, incluso yendo tan lejos como para transcribir sus conversaciones inmediatamente después del hecho, para identificar los matices de lo que se dicen y entender el problema. Hay que mapear la interacción, lo que crea una forma de entender cómo el comportamiento de cada persona provoca un comportamiento que a la otra persona no le gusta.
Haciendo esto, puede que queramos cambiar a la otra persona, pero es mucho más probable que tengamos éxito si primero revisamos nuestra propia actitud. Bob Burg[ii] en su libro “Adversaries into Allies: Win People Over Before Manipulation or Coercion” desarrolló cinco principios que pueden ayudarnos a conectarnos con otros, incluso cuando hay conflicto.
- El primer principio que expone es “Si no puedes controlar tus emociones, no estás en condiciones de ser parte de la solución. Eres parte del problema”. Entender cuales son esas situaciones, palabras o compartimientos que nos desestabilizan, es cuando nos damos cuenta que estamos en posición de hacer algo al respecto para solucionar el conflicto.
- El segundo, es entender que “las creencias son verdades subjetivas” y que “nuestros sistemas de creencias, la manera en que vemos el mundo, no es algo que elegimos, sino que se nos es enseñado desde el momento en que nacemos.” Estas creencias son una combinación de nuestra educación, cultura, medios de comunicación, costumbres populares; y es aquí donde probablemente difieran dos personas, en su sistemas de creencias. Pero tomar conciencia de estas diferencias, y los supuestos detrás de ellas, es cuando podemos relacionarnos significativamente con los demás.
- Tercero, Burg dice que tienes que reconocer el ego de la otra persona. Para bien o para mal, es un factor importante en las relaciones humanas, y si lo ignoras, es probable que pierdas la posibilidad de entender una parte importante de la dinámica de la relación con el otro.
- Cuarto, es esencial “establecer el momento adecuado“. Para Burg, eso significa crear la escena o el momento correcto para un encuentro positivo.
- El Quinto y ultimo es “comunicarse con tacto y empatía“. En un encuentro desafiante, es fácil que otros malinterpreten tus intenciones, incluso el más mínimo indicio de crítica puede volver hostil a alguien. Pero aprender a hablar con tacto significa dar retroalimentación honesta y verdaderamente atractiva. “Necesitamos comunicarnos de manera que la persona no se ponga a la defensiva y resistente, sino que esté abierta y nos acepte”.
Comprender estos principios y la dinámica de relacionamiento con tus compañeros, te ayudara a tener una vida laboral más divertida, menos estresante y más rentable, entendiendo que las relaciones perfectos con los compañeros de trabajo no existen y que el conflicto siempre estará presente. Tenga en cuenta, como lo dice McLain en su libro, “las personas tienden a pensar en términos de motivos y carácter de las personas, a pesar del hecho de que la psicología cognitiva ha demostrado durante los últimos 30 años que cuando las personas actúan de una manera y no de otra, se debe más a menudo a factores situacionales que debido al carácter “.
Es más fácil escribirlo que hacerlo, pero con tiempo y práctica, puede cambiar y mejorar la forma en que se relaciona con otros.
[i] Diana McLain Smith, socia fundadora de Action Design y socia de Monitor Group, firmas de consultoría global. Durante los últimos 25 años, ha estudiado y asesorado a los líderes y sus equipos sobre cómo construir relaciones lo suficientemente fuertes como para superar los desafíos más difíciles.
[ii] Bob Burg, consultor que durante 30 años ha ayudado a compañías, líderes de ventas y sus equipos en Estados Unidos a comunicar de manera más efectiva su valor, vender a precios más altos con menos resistencia y hacer crecer sus negocios en base al modelo de referenciados.