En la actualidad, la tecnología se ha convertido en un pilar esencial para el desarrollo y la competitividad empresarial.
Double V Partners comparte de qué manera la tecnología ayuda a mejorar la oferta de valor de los negocios, diferenciándolos de la competencia y brindándoles un valor único a sus clientes.
El ROI, la automatización eficiente y una experiencia de usuario excepcional son los pilares en los que todas las empresas se basan para invertir en tecnología.
Según el ‘Chaos Report 2017‘, la mayoría de las inversiones en tecnología (82 por ciento) no alcanza sus objetivos. Es aquí en donde entra en juego la distinción entre competir con tecnología versus implementarla.
Daniel Villa Camacho, CEO de Double V Partners comentó que “competir con tecnología implica aprovecharla para redefinir la propuesta de valor de nuestro negocio, seleccionando las herramientas adecuadas entre las diversas opciones disponibles. Sin embargo, el éxito radica en la toma de decisiones estratégicas e informadas por parte del rol directivo”.
En este sentido, es importante evaluar cuidadosamente los pros y contras de cada opción, comprender los unit economics a corto y largo plazo, analizar cada detalle del producto y que los ejecutivos se basen en datos e información para tomar decisiones acertadas.
“La solución más costosa no siempre es la mejor, ni la más económica la única alternativa. El mayor logro se obtiene cuando se ofrecen soluciones que satisfacen las necesidades reales del mercado, evitando propuestas innecesariamente complejas o sacrificando la experiencia del usuario por el esfuerzo invertido”, agregó Villa Camacho.
De acuerdo con Double V Partners, la tecnología es un habilitador, un medio para alcanzar objetivos estratégicos que ofrece un abanico de posibilidades y para ello, es fundamental tener en cuenta tres principales capacidades que ofrece:
- Mejorar la experiencia del cliente: la tecnología puede facilitar la adquisición de productos o servicios, haciéndolos más accesibles y agradables para el usuario. Un ejemplo esto es el uso de chatbots para brindar soporte al cliente las 24 horas del día, los 7 días de la semana, o la implementación de aplicaciones móviles que permiten a los clientes realizar compras o gestionar sus cuentas de manera rápida y sencilla.
- Automatizar procesos internos: la automatización reduce errores, optimiza tiempos y libera recursos humanos para tareas de mayor valor agregado. Por ejemplo, la automatización de tareas repetitivas, como la generación de informes, el envío de correos electrónicos o la entrada de datos, permite a los empleados enfocarse en actividades más estratégicas.
- Modificar modelos de negocio: la tecnología permite crear nuevos productos, servicios o canales de distribución, o reimaginar los existentes. Un ejemplo de esto es el uso de plataformas de comercio electrónico para vender productos en línea, o la implementación de modelos de negocio basados en la economía colaborativa, como Uber o Airbnb.
Sin embargo, implementar tecnología sin una estrategia clara puede llevar al desperdicio de recursos y a resultados insatisfactorios.
Algunas señales de esta situación son las siguientes:
- El área de tecnología no está alineada con las expectativas del usuario ni con la propuesta de valor de la empresa.
- El presupuesto de tecnología es inconsistente y no está alineado con los objetivos estratégicos.
- No existe una relación clara entre las inversiones en tecnología y los objetivos medibles de la organización.
- Los planes tecnológicos se basan en imitar a la competencia desconociendo el entorno interno y la manera de diferenciarse.
- El área de tecnología se percibe como un área de servicio más que como un área que gestiona indicadores duros del negocio.
- No se dedican tiempo ni recursos a comprender las necesidades del usuario, prototipar funcionalidades y medir su impacto en el negocio.
- No se evalúan diferentes opciones tecnológicas ni se comparan sus costos y beneficios.
“Los directivos deben reconocer la importancia de competir con tecnología para mantenerse relevantes en un mercado en constante evolución. La escucha activa, la adaptabilidad y la capacidad de medir y gestionar el impacto de las inversiones tecnológicas, son fundamentales para asegurar el éxito a largo plazo de las empresas”, concluyó Daniel Villa Camacho, CEO de Double V Partners.