Con el inicio de un nuevo gobierno, los sectores económicos se muestran expectantes ante lo que sucederá durante los próximos cuatro años. Aunque algunos le apuestan a las nuevas ideas y a la ejecución de las propuestas planteadas en campaña, desde otros sectores creemos que es necesario construir sobre lo ya construido.
Para avanzar en el desarrollo tecnológico y digital del país que nos ayude a afrontar los retos que plantea la Cuarta Revolución Industrial (4RI), debemos crear las condiciones para desarrollar en los colombianos competencias técnicas y comunicativas en una segunda lengua, siendo indispensable dar seguimiento y fortalecer los programas de formación en bilingüismo, ciencia de datos, Inteligencia Artificial (IA) y ciberseguridad.
Según el Informe sectorial del balance de cierre de gestión 2018-2022, publicado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), en el anterior Gobierno se certificaron más de 2.300 científicos de datos y a más de 550 personas en ciberseguridad. Por su parte, el programa Misión TIC que buscaba la formación de 100.000 desarrolladores, logró beneficiar a más de 60.000 personas y certificar más de 45.000.
Sin duda, los anteriores resultados contribuyen en reducir la alta demanda de personas con habilidades TI y Digitales; Fedesoft indica que actualmente la brecha de talento TI en Colombia se sitúa alrededor de los 70.000 y 160.000 programadores, razón por la cual se hace necesario dar seguimiento a las iniciativas que ya estaban en marcha.
En América Latina la situación es similar. El informe “Talento TI, competitividad STEM“, elaborado por Michael Page, evidencia que para 2025 las profesiones relacionadas con áreas STEM (science, technology, engineering y mathematics) requerirán de 3,5 millones de expertos. Entre las competencias más requeridas para 2022 se registran business intelligence (54,2 por ciento), ciberseguridad (49,7 por ciento), big data (44,4 por ciento) y desarrolladores (22,7 por ciento), entre otros.
Desde PGD consideramos que la iniciativa del gobierno actual de promover la formación y laboratorios digitales en las diferentes regiones del país, para la generación de conocimiento y aprendizaje basado en la experiencia, es el primer paso para consolidar una economía que impulse la exportación de servicios basada en el talento e intelecto de las personas.
Coincidimos en que reducir la tasa de desempleo y los niveles de informalidad sí es posible fomentando iniciativas de formación en tecnología y bilingüismo; sin embargo, esta no es solo una responsabilidad del Gobierno. También debe estar vinculados la empresa privada, los gremios y la academia, y así, mediante un trabajo conjunto, convertir el país en el anhelado ‘hub de talento TI de América Latina’.