Con más de un billón de usuarios activos en todo el mundo en tan solo cinco años, TikTok ha pasado de ser una simple red social de videos ligeros a convertirse en uno de los medios de entretenimiento e información más importantes del mundo.
Para el comercio, por ejemplo, las cifras que brinda la propia marca son monstruosas: sus anuncios llegan a 19,3 por ciento de la población mundial y se reportan ingresos publicitarios por 13,2 billones de dólares, solo en 2023.
ByteDance, dueña de TikTok, alcanzó a finales del año pasado un valor de 223,5 billones de dólares.
Su poder e influencia ha sido tal que hasta permea las decisiones políticas de potencias como Estados Unidos, donde se ha aprobado un proyecto de ley para prohibirlo por asuntos de interés gubernamental si TikTok no se desvincula de su casa matriz.
“TikTok ha sabido combinar lo mejor de las redes sociales: el entretenimiento que demandan los consumidores, unido a un algoritmo que muestra lo que realmente te interesa. Esta personalización, junto al formato de videos cortos, son dopamina pura”, señaló Francisco Javier Zamora Saborit, doctor en Ciencias de la Comunicación y coordinador del grado en Marketing de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), entidad educativa perteneciente al grupo ‘Planeta Formación y Universidades’.
TikTok se ha convertido en una línea transversal de la actualidad mundial. Ahora se disputa el poder e influencia de la información con los grandes medios de comunicación tradicionales, que han ido perdiendo terreno ante la inmediatez, personalización y presunta transparencia de la información que allí se genera.
Ya se puede ver cómo estos medios tradicionales han comenzado a incursionar en formatos más digitales, breves, directos, frescos, en un intento de subirse al ritmo que impone TikTok en las audiencias.
No obstante, la versatilidad de TikTok lleva la batuta, pues “fomenta la interactividad, permitiendo a los usuarios no solo consumir, sino también crear y compartir contenido, lo que fortalece la sensación de comunidad”, indicó el experto en comunicación y marketing.
“Así, aparecen creadores de contenido o cuentas que aportan información de una manera distinta a la de los medios tradicionales”, dijo Zamora.
Son, precisamente, estos creadores lo que transforman también la manera como se emite el mensaje y se reconfiguran los niveles de credibilidad de la información.
Si bien sigue siendo responsabilidad de los usuarios discernir la información veraz de la falsa, este estilo personal y transparente con el que se comunica en TikTok, contrasta con la formalidad de los grandes medios, que impone una distancia entre ellos y el consumidor.
“Las nuevas generaciones, que crecieron en un ecosistema digital, tienden a valorar esta autenticidad y la conexión personal, lo que ha desplazado parte de su confianza hacia estas plataformas de contenido corto”, agregó Francisco Javier Zamora.
Añade, además, que la brevedad de los videos de TikTok facilita que se consuman en momentos cortos, y en cualquier parte, lo que marca otra gran diferencia con los medios más tradicionales, “como la televisión y la prensa, que requieren un compromiso de tiempo mayor y ofrecen contenidos más generales”.
El buscador de TikTok utiliza SEO, el cual, mediante palabras clave, encuentra información en segundos. Esto ha ocasionado que muchas personas, al querer enterarse de un acontecimiento, lo busquen en esta red social antes que en otro recurso informativo. Esto es irresistible para el espectador.
Los medios tradicionales tienen la gran misión de adaptarse rápidamente a los nuevos lenguajes, no solo para captar la atención de las audiencias jóvenes, sino que “complementaría su credibilidad histórica con la inmediatez que demandan los consumidores hoy”, concluyó el experto de la Universidad Internacional de Valencia.